El obispo de Gerona aplica el sentido común

Francesc Pardo es el Obispo de Gerona. Y como sabéis en Cataluña les ha dado a unos cuantos por celebrar referenda ilegales por la independencia de este trozo de España. Como es normal, los ayuntamientos y locales públicos no pueden usados para este menester, ya que estos referenda han sido desautorizados por la autoridad competente. Y algunos, quizá añorando los fueros antiguos, han decidido acudir a los locales parroquiales (tiene su gracia que la Esquerra, atea ella termine yendo, indirectamente, a la Iglesia) para celebrar las reuniones preparatorias, o el mismo referéndum. Pues bien, el obispo de Gerona ha enviado una circular a sus parroquias prohibiendo ese uso de las parroquias para este fin. Y es que es lógico por varias razones. Una de ellas es que existen fieles que pensarán una cosa y otros otra (como es lógico en algo que es opinable, aunque a muchos les parezca lo contrario y sin sentido el defender la independencia de un territorio mediante mentiras y tergiversaciones de la historia), y otra es que la Iglesia no puede, no siendo cuestión moral, ir contra el orden establecido en la legislación vigente (de hecho este es el argumento del Obispo). No hay que olvidar que el cristiano es ciudadano de dos ciudades y debe siempre dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. El mismo Cristo pagó el impuesto y mandó a Pedro pagarlo por los dos.

Los intentos de muchos obispos y eclesiásticos en Cataluña y el País Vasco por ser parte de la construcción nacional catalana o vasca es uno de los muchos sin sentidos que han llevado a la Iglesia Católica a una grave crisis de fe y vocaciones en estas comunidades españolas. La Iglesia es católica (esto es, universal) y no está circunscrita a un terreno concreto. No es la iglesia vasca o española, sino la única Iglesia de Cristo. Flaco servicio hacen a Dios y a la Iglesia poniéndose al txapela y la barretina en lugar de abrir los brazos a todos los fieles y a todos los hombres. ¡Con que razón el Siervo de Dios Juan Pablo II hablaba del nacionalismo como de la idolatría del siglo XX! Y ya se sabe el castigo que espera a los idólatras en el Antiguo Testamento...

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