Día de Acción de gracias...¿a quién?
Estos días se ha celebrado en EEUU el Día de Acción de Gracias (que se celebra el cuarto jueves de noviembre). Es una fiesta tradicional, donde las familias se unen durante esos días, todos juntos alrededor del tradicional pavo. Pues por estas cosas que a uno le van enviando, cae en mis manos un artículo/comentario del que fuera presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich en el que se pregunta '¿A quién damos gracias?' Porque el secularismo que lo impregna todo (y más desde la llegada de Obama), parece hacer que olviden (allí también), el origen de sus tradiciones. Dice Gingrich: No consiste en simplemente darnos gracias los unos a los otros, o a alguna fuerza espiritual indefinida. Consiste en dar gracias a Dios. No significa que todos seamos cristianos. Significa que somos estadounidenses; afortunados ciudadanos de una nación única, enraizada en la fe a nuestro Creador. Y añade un poco más adelante una frase de carácter más 'político': Hacemos una pausa para agradecer a Él, que nos ha dotado con derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Y así como ningún gobierno otorga estos derechos, ningún gobierno puede quitarlos legítimamente.
Acabamos de empezar el Adviento, que es el tiempo de preparación para la Navidad. Las luces de las calles ya han empezado a encenderse, los spots publicitarios nos recuerdan que existen cientos de marcas de perfume para ellas y ellos, los niños ansían la llegada de los Reyes Magos o de de Papa Noël... pero quizá muchos, como los americanos hoy con el Thanksgiving, no sepan ya porqué regalamos, porqué se encienden las luces o qué sentido tiene llenar un abeto de bolas y de luces, o dejemos a los Reyes Magos en una nueva muestra de la multiculturalidad. No, lo que celebramos es el nacimiento de Cristo, del Hijo de Dios hecho hombre, uno de nosotros. Uno puede no ser creyente, pero esto es lo que celebramos, el que el Sumo Hacedor de todo se hizo uno de nosotros para salvarnos del pecado. Como decía Oriana Fallaci, ella era una cristiana atea porque todo en su cultura referencia al cristianismo. Uno puede encontrar el paso del cristianismo en muchas de las costumbres y hasta supersticiones europeas (tocar madera, por ejemplo, era la forma que tenían de santiguarse los caballeros que no podían hacerlo al llevar la armadura antes de entrar en batalla y tocaban tres veces el tocón de la silla), y aunque hoy hayan perdido parte de su sentido religioso, culturalmente siguen siendo cristianas, y no reconocerlo así es dejarlas colgadas de la nada más absoluta. Saber de dónde se viene es la mejor manera de vencer al totalitarismo. Como bien indica Gingrich, 'ningún gobierno otorga estos derechos, ningún gobierno puede quitarlos', ese es el sentido de la democracia de la que disfrutamos: ningún hombre es más que otro, porque todos somos hermanos; los derechos los tenemos por ser hombres (y de ahí que oponerse a las ideologías que se oponen al hombre -comunismo, ecologismo, islamismo- sea una obligación para el hombre), no porque nos lo otorgue el monarca sea éste un hombre como nosotros o el Estado... Es ese enraizamiento en el cristianismo el que hace que Occidente sea democrático mientras en todos los demás lugares que no han tenido la influencia del pensamiento judeocristiano sólo queden las dictaduras de diverso tinte... ¿O creéis que es casualidad que donde hay Islam no hay libertad y donde floreció el cristianismo hay libertad?
Acabamos de empezar el Adviento, que es el tiempo de preparación para la Navidad. Las luces de las calles ya han empezado a encenderse, los spots publicitarios nos recuerdan que existen cientos de marcas de perfume para ellas y ellos, los niños ansían la llegada de los Reyes Magos o de de Papa Noël... pero quizá muchos, como los americanos hoy con el Thanksgiving, no sepan ya porqué regalamos, porqué se encienden las luces o qué sentido tiene llenar un abeto de bolas y de luces, o dejemos a los Reyes Magos en una nueva muestra de la multiculturalidad. No, lo que celebramos es el nacimiento de Cristo, del Hijo de Dios hecho hombre, uno de nosotros. Uno puede no ser creyente, pero esto es lo que celebramos, el que el Sumo Hacedor de todo se hizo uno de nosotros para salvarnos del pecado. Como decía Oriana Fallaci, ella era una cristiana atea porque todo en su cultura referencia al cristianismo. Uno puede encontrar el paso del cristianismo en muchas de las costumbres y hasta supersticiones europeas (tocar madera, por ejemplo, era la forma que tenían de santiguarse los caballeros que no podían hacerlo al llevar la armadura antes de entrar en batalla y tocaban tres veces el tocón de la silla), y aunque hoy hayan perdido parte de su sentido religioso, culturalmente siguen siendo cristianas, y no reconocerlo así es dejarlas colgadas de la nada más absoluta. Saber de dónde se viene es la mejor manera de vencer al totalitarismo. Como bien indica Gingrich, 'ningún gobierno otorga estos derechos, ningún gobierno puede quitarlos', ese es el sentido de la democracia de la que disfrutamos: ningún hombre es más que otro, porque todos somos hermanos; los derechos los tenemos por ser hombres (y de ahí que oponerse a las ideologías que se oponen al hombre -comunismo, ecologismo, islamismo- sea una obligación para el hombre), no porque nos lo otorgue el monarca sea éste un hombre como nosotros o el Estado... Es ese enraizamiento en el cristianismo el que hace que Occidente sea democrático mientras en todos los demás lugares que no han tenido la influencia del pensamiento judeocristiano sólo queden las dictaduras de diverso tinte... ¿O creéis que es casualidad que donde hay Islam no hay libertad y donde floreció el cristianismo hay libertad?
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