El movimiento Tea Party: para copiar en Europa
Lo hemos leído muy interesados en Conservador en Alaska de Bob Moosecon. Los que sentimos una desconfianza natural hacia el Gobierno, no podemos sino alegrarnos de que la sociedad se movilice contra los excesos de los gobernantes. Básicamente (aunque podéis leerlo en el blog de referencia) se trata de movimientos espontáneos de ciudadanos que, como los colonos americanos de Boston en 1773, se movilizan contra una subida de impuestos, el hecho de que los políticos se metan en sus vidas y contra una clase política encerrada en sí misma (vamos lo que llevamos sufriendo en Europa desde hace años). En septiembre una manifestación (de entre doscientos mil a un millón de americanos según las fuentes) enorme recorrió Whasington para hacer llegar su voz a los que ocupan los puestos del gobierno federal.
Los americanos para estas cosas tienen una mentalidad muy diferente de la nuestra. Los europeos siempre lo hemos esperado todo del monarca (sea este un rey o un Estado), como una dádiva que se nos otorga y cuando un problema surge acudimos de nuevo a pedir audiencia al monarca para que nos lo solucione. En Europa (y en España es exagerado) nada se mueve sin que un político, autoridad municipal o funcionario lo permita. Toda nuestra vida está regulada por la Administración: nuestra salud, la educación de nuestros hijos, las relaciones laborales, hacer reforma en casa, aparcar, cualquier cosa... Así, cuando surge un problema, también acudimos al Estado. Lo estamos viendo en el caso del Alakrana (ya hablaremos de esto): el patrón no lleva bandera española (luego no paga aquí sus impuestos) pero... que les protejamos. Personas que durante la bonanza no han sido previsoras (como la cigarra, vamos) y no hicieron sus seguros de desempleo o de sanidad, etc. ahora que las cosas no van bien... que sea el Estado el que le saque las castañas del fuego. Que los bancos y cajas han prestado dinero de forma inconsciente y están al borde de la quiebra... pues ya está papá Estado ahí para evitar que el sistema se vea afectado, por supuesto sin consecuencias para los insensatos banqueros.
En cambio en EEUU no parecen dispuestos a dejar que esto les suceda. Su independencia vino precisamente del deseo de limitar el poder omnímodo de la metrópoli en sus vidas y el que les gravaran con impuestos que ni siquiera habían decidido. Las comunidades protestantes de EEUU siempre han tenido la libertad individual como algo fundamental. El individuo es el que toma decisiones sobre su vida y su hacienda, y el Estado tiene un papel muy secundario. Sólo así se explica la oposición al plan de rescate bancario (¿alguien ha ido a rescatar a las familias que perdieron su casa?) o al medical care de Obama: en un caso es responsabilidad de las empresas el velar por sus inversiones y en el otro cada individuo puede decidir qué hacer con su dinero (pagarse o no un seguro de salud y cuál).
Y es esa intención cada vez más clara de Obama de importar para EEUU el sistema caduco que es el estado del bienestar (socialismo dulce lo llamaría yo) europeo con su consiguiente subida de impuestos, intromisión en la vida de la gente y en sus decisiones lo que ha comenzado a cuajar en el movimiento tea party, similar al que existió en 1773. ¿Interesante, verdad? Tenemos mucho que aprender de los americanos... al menos en lo que respecta a la libertad (más de doscientos años les contemplan).
Los americanos para estas cosas tienen una mentalidad muy diferente de la nuestra. Los europeos siempre lo hemos esperado todo del monarca (sea este un rey o un Estado), como una dádiva que se nos otorga y cuando un problema surge acudimos de nuevo a pedir audiencia al monarca para que nos lo solucione. En Europa (y en España es exagerado) nada se mueve sin que un político, autoridad municipal o funcionario lo permita. Toda nuestra vida está regulada por la Administración: nuestra salud, la educación de nuestros hijos, las relaciones laborales, hacer reforma en casa, aparcar, cualquier cosa... Así, cuando surge un problema, también acudimos al Estado. Lo estamos viendo en el caso del Alakrana (ya hablaremos de esto): el patrón no lleva bandera española (luego no paga aquí sus impuestos) pero... que les protejamos. Personas que durante la bonanza no han sido previsoras (como la cigarra, vamos) y no hicieron sus seguros de desempleo o de sanidad, etc. ahora que las cosas no van bien... que sea el Estado el que le saque las castañas del fuego. Que los bancos y cajas han prestado dinero de forma inconsciente y están al borde de la quiebra... pues ya está papá Estado ahí para evitar que el sistema se vea afectado, por supuesto sin consecuencias para los insensatos banqueros.
En cambio en EEUU no parecen dispuestos a dejar que esto les suceda. Su independencia vino precisamente del deseo de limitar el poder omnímodo de la metrópoli en sus vidas y el que les gravaran con impuestos que ni siquiera habían decidido. Las comunidades protestantes de EEUU siempre han tenido la libertad individual como algo fundamental. El individuo es el que toma decisiones sobre su vida y su hacienda, y el Estado tiene un papel muy secundario. Sólo así se explica la oposición al plan de rescate bancario (¿alguien ha ido a rescatar a las familias que perdieron su casa?) o al medical care de Obama: en un caso es responsabilidad de las empresas el velar por sus inversiones y en el otro cada individuo puede decidir qué hacer con su dinero (pagarse o no un seguro de salud y cuál).
Y es esa intención cada vez más clara de Obama de importar para EEUU el sistema caduco que es el estado del bienestar (socialismo dulce lo llamaría yo) europeo con su consiguiente subida de impuestos, intromisión en la vida de la gente y en sus decisiones lo que ha comenzado a cuajar en el movimiento tea party, similar al que existió en 1773. ¿Interesante, verdad? Tenemos mucho que aprender de los americanos... al menos en lo que respecta a la libertad (más de doscientos años les contemplan).
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