EpC: el Supremo ha rechazado la objeción... ¿y qué?

Aunque podemos decir que hoy es un día triste para la libertad, debemos las cosas con perspectiva y valentía. El Tribunal Supremo ha decidido no reconocer el derecho que nos asiste a los padres a elegir la educación moral y religiosa de nuestros hijos. Quizá en muchos pueda cundir el desaliento ante la euforia que hoy tendrán aquellos que quieren adoctrinar a nuestros hijos en la homosexualidad, el aborto, la promiscuidad sexual, los 'modelos' de familia y la verdad (todo es relativo según esta nueva moral de Estado). Pero habrá que leer la sentencia y en cualquier caso, no cejar en el empeño y en la lucha por la libertad. La tiranía siempre debe ser combatida: nuestros hermanos cubanos y venezolanos lo saben ya. Siempre será más humano luchar contra al tiranía que someterse. Y EpC es educar para la tiranía de lo progre. Y rebelarse pacíficamente contra ello, aunque sea contraviniendo la ley. Tengo un amigo que lleva a gala el estar procesado ya en varias ocasiones por 'desorden público' defendiendo la vida ante los mortuorios donde se asesina a los niños dentro del vientre de la madre. Y dice que si hay que ir a la cárcel, pues espera que le llevemos algo para leer. Hay momentos donde la gente honesta y libre está en la cárcel mientras los sinvergüenzas y los enemigos de la libertad están en los palacios. Tal es el ejemplo de Cuba, por ejemplo. Quizá sea nuestro sino también.

Pero es que parece que, en la mejor tradición 'pastelera' del Supremo, han podido perpetrar una sentencia que no recociendo el derecho a la objeción, sí obligue al Gobierno a retirar aquellos contenidos que puedan ser sensibles de transmitir valores morales o religiosos. Si esos contenidos fueran retirados, adaptando los currículos y material didáctico, la objeción general no tendría sentido, aunque siempre quedaría la posibilidad de denunciar aquellos materiales o profesores que hiciesen una transmisión de valores morales contrarios a los padres.

Benigno Blanco en una primera valoración ya ha afirmado que habrá que seguir luchando y que quizá sea en Estrasburgo donde nos den la razón. Veremos a ver... habrá que seguir luchando siempre.

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