EEUU rechaza el pseudo-matrimonio gay
Las palabras sirven para definir la realidad. Los lingüistas hacen una distinción entre significante (lo que se dice) y el significado (lo que ese realidad representa). Es una convención que ambos interlocutores se refieren al mismo significado cuando hacer referencia a un significante. De otra manera, es imposible entenderse. Si cuando yo digo amanecer me refiero a la puesta de sol y cuando digo noche quiero referirme al día, lo único que provocaré es el caos. Las realidades diferentes o nuevas deben tener sus términos que las designen. La unión entre personas del mismo sexo puede ser legítima entre adultos, pero ni es ni puede equipararse al matrimonio que es y cumple una función social (la creación de núcleos familiares, la generación de nuevos miembros a la sociedad, el cuidado de estos y después de los ancianos en una labor asistencial impagable...) diferente de la simple compañía o amistad, aunque sea con 'derecho a roce'.
Esto lo tienen claro los americanos y así lo entienden también sus políticos ya que ninguno de ellos llevaba en su programa a la Casa Blanca el modificar la definición de matrimonio. Pero aquí vamos a enseñar democracia incluso a los americanos...
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