Camps exonerado, ¿qué dirá El País?

Vale, ahora resulta que Camps queda exonerado y la causa de los trajes (aquella el periódico global veía como un cohecho de tomo y lomo) queda archivada. El Tribunal de Justicia de la Comunidad Valenciana no ve indicios de delito en Camps y en los presuntos trajes, presuntamente regalados por el aún presunto Correa...

La cosa ha quedado (como algunos pensábamos) en nada. Sí es cierto que la trama Gürtel tiene sus ramificaciones en el PP, que hay gente que se ha aprovechado del hecho de militar en el PP para ganar dinero, para hacer chanchullos varios. Pero eso lo hay en todos los partidos, en todas las instituciones humanas. La corrupción es consustancial al ser humano, a su naturaleza. Otra cosa es que las mismas instituciones la toleren (lo único que se tolera es el mal, nunca el bien) y la permitan.

El caso de Camps era simplemente absurdo. Para que hubiera cohecho, es necesario que prácticamente de seguido haya un trato de favor directo por parte del acusado al que ha pagado. En la mayor parte de los casos, el cohecho suele ir unido a la prevaricación (es necesario modificar una ley, dictar una resolución injusta para obtener el beneficio del poder a costa de otro que realmente tenía derecho, en caso contrario el cohecho no tiene sentido), pero en este caso no había nada: no había pruebas de que Camps hubiese beneficiado a Correa, y desde luego parecía absurdo que Camps (todo un presidente de una de las comunidades autónomas más ricas de España) se pringue por 3.000 euros de nada.

Ahora el problema lo tendrá el diario global (perteneciente al PFFR -o Poder Fáctico Fácilmente Reconocibles, Aznar dixit-) para explicar el ruido que hizo con nada. Aunque mañana ya puede esperarse una de estas dos cosas: o bien ni siquiera aparece en portada y va a página par abajo donde no lo ve ni el tato o bien el juez tiene una prima que está casada con cuñado que es amigo de una hermana de un sobrino de un consejero de Camps... es el estilo de la casa. Lo de rectificar no se le ha dado nunca bien a los poderosos. Ellos nunca se equivocan (y esto vale a derecha y a izquierda). Con lo saludable que es decir un simple lo siento, estaba equivocado en mi percepción. Pero ¡debe costar un montón cuando se está tan encumbrado!

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