Artículo 'El Conservador'
Los momentos de crisis suelen hacer aflorar lo mejor y peor de cada cual. Los grandes hom-bres se descubren en esos momentos. Sólo una Segunda Guerra Mundial y el bombardeo de Inglaterra pudo dar un gran Winston Churchill, sólo la guerra fría pudo dar al mejor Reagan o a Juan Pablo II, sólo la dificultad de una Transición pudo proporcionarnos a Adolfo Suárez, y sólo el terrorismo yihadista nos ha dado estadistas de la talla de Blair o Sarkozy. Pero también en esos momentos aparece la mezquindad de aquél que ocupa el poder: un Chamberlain, o un Ceaucescu, o un Pujol o un Chirac, por poner ejemplos parecidos entre las mismas épocas y con grandes dosis de mezquindad. [Sigue...]
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