Dr. M. Montes: hubo mala praxis médica

El doctor (por decir algo) Luis Montes, más conocido entre los pacientes del Severo Ochoa como el 'Doctor Muerte', preparaba un 'cóctel' de fármacos auténticamente tumbativo. Libertad Digital ha tenido acceso al informe de los peritos médicos que concluyen que la actuación del Dr. Montes'constituye una mala práctica médica'. El Tribunal ha dictaminado que no puede probarse judicialmente que haya una relación directa entre las sedaciones y la muerte ya que las autopsias son ya imposibles. Ahora bien, el informe de los médicos es determinante: 'hubo mala práctica médica'.

Copiamos lo que dice el informe (fuente: Libertad Digital):

Muerto tras el cóctel del Dr. Montes: sedación contraindicada.

Alberto [nombre ficticio, historia clínica real número 28963] acudió a Urgencias el 1 de febrero de 2004 por una "falta total de colaboración para alimentarse y para tomar medicación".
Tenía "antecedentes de hipertensión arterial, cardiopatía isquémica con doble by-pass aortocoronario, aneurisma de aorta abdominal", lo que no le impedía gozar de cierta autonomía en su vida diaria. Tenía, además, un "deterioro cognitivo leve" desde su último ingreso, en diciembre de 2003, por "un episodio de pancreatitis aguda".

La comisión de peritos describe así sus síntomas:

"Consciente, desorientado, no responde a preguntas simples, sí reacciona al dolor. Pupilas isocóricas y normorreactivas; taquipnea con estridor respiratorio".

En su historial "no consta ningún dato de exploración neurológica".

En la madrugada del día 2 de febrero, 14 horas y 15 minutos después de ingresar en Urgencias, le administran la dosis en su botella de suero salino: 100 miligramos de Tranxilium y dos ampollas de CLM.

Fallece el mismo día, a las 8 menos cinco de la mañana, cinco horas y 55 minutos después del inicio de la sedación.

Se trata de uno de los casos en los que la Comisión de Peritos dictaminó por unanimidad que la sedación terminal "estaba contraindicada", bien porque no existía una enfermedad terminal del paciente, bien porque no se demostró que los síntomas fueran refractarios al tratamiento paliativo habitual, o bien porque no se justificó "la no existencia de una alternativa terapéutica".

"
Esto constituye una mala práctica médica", concluyó la comisión de diez expertos independientes.

No se hizo todo lo posible para curar su enfermedad: se le sedó hacia la otra vida

Rosa [historial 144998], con diabetes, deterioro cognitivo moderado y dependencia "moderada" para las actividades básicas, acude a Urgencias del Severo Ochoa el 10 de enero a las 5 de la tarde con síntomas de hipoglucemia.
Su familia "le ha administrado por la mañana la dosis de insulina retardada habitual pero apenas ha desayunado, probablemente por malestar general secundario o probable infección urinaria".

Dos horas después, a las 7 de la tarde, se inicia la sedación terminal con el cóctel habitual, esta vez con doble ración de Cloruro Mórfico. Fallece a las 2 y media de la madrugada del 11 de enero, 7 horas y media después del inicio de la sedación.

La Comisión de Peritos señaló que Rosa recibió la sedación terminal "sin agotar el tratamiento indicado" para la hipoglucemia.

Un médico estuvo a punto de salvarle la vida, el Dr. Montes lo impidió

Inés [historia 526.843], con antecedentes de hipertensión arterial y un ictus declarado dos años antes que había dejado una secuela de "hemiplejia residual", acudió a Urgencias el 8 de noviembre de 2003 a las 4 menos diez de la tarde por pérdida de conciencia.
Se le practica un TAC, se analiza su sangre y su orina, y se diagnostica un Ictus ("posible reinfarto", concluyen los peritos) e infección en la orina.

A las 10 de la noche, recibe la visita letal.

Se inicia la sedación con 40 miligramos de CLM –el doble que en otros casos–. A las 12 de la mañana del día siguiente, otro equipo médico detecta el tratamiento sedante y lo retira, por considerarlo contraindicado.

Inés "está sin morfina hasta que 30 horas después, de nuevo, otros médicos tachan el anterior tratamiento y reintroducen la sedación terminal con Tranxilium 200 miligramos, más 50 miligramos de morfina cada 12 horas, más premedicación Midazolam 15 miligramos en bolus". Fallece a la media hora.

Inés era una "paciente no terminal" que, "ante un ictus y un cuadro infeccioso", recibió "sedación sin indicación de tratamiento de ningún síntoma refractario y sin agotar el tratamiento indicado activo".

Los peritos también señalan en este caso que la "
dosis de fármacos son inadecuadas por exceso".

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Aunque a Luis Montes no se le pueda meter en prisión, hay que agradecer a la Comunidad de Madrid que quitara de un puesto de responsabilidad sobre pacientes a semejante carnicero. Entrabas con una gripe y salías 'con los pies por delante'. Lo que más sorprende es que ante estos datos, la izquierda siga defendiendo a este tipo. ¿Es esta la sanidad pública que quiere la izquierda? Es que esto no es ni eutanasia, ya que no hay ni consentimiento de las víctimas para ser sedadas, ni de sus familiares. Este señor se declaraba dios y ponía fin a la vida de la gente por sus santas narices. ¿Acaso actuó mal el consejero por destituir a un señor que incurría en estas prácticas? Pues pido a todos los consejeros de sanidad que actúen igual: la gente no puede morirse porque lo decidan los médicos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Eso no es más que un sucio asesinato. Un saludo.
Anónimo ha dicho que…
Doctor Montes Temes
Anónimo ha dicho que…
Este es un ser despreciable, apoyado por una izquieda trasnochada y radical.

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