La economía es una cuestión de relaciones humanas
La frase que encabeza este post la ha pronunciado esta mañana en Onda Cero Manuel Pizarro, el que fuera número 2 de Mariano Rajoy en las ya lejanas elecciones de 2008. El hombre que públicamente nos anunció la crisis económica punto por punto mientras el mentiroso pirata Solbes nos lo negaba con esa cara de cemento armado que sólo los socialistas fetén son capaces de poner, hablaba esta mañana sobre la actualidad española en el programa de Carlso Herrera. Ha dicho cosas muy interesantes sobre la economía española, las cajas, el mercado laboral... pero esta frase me ha gustado especialmente: la economía es una cuestión de relaciones humanas. Pensemos en la más pequeña transacción económica en el pasado: el trueque. Un campesino va al mercado con su carro lleno de berenjenas, dispuesto a cambiarlas por aquello que necesita. Allí encuentra al ganadero que acaba de matar un ternero y que necesita precisamente berenjenas. Ambos cambian unas cuantas berenjenas por las piezas de carne correspondientes (aquí podría hablarse de que lo fundamental de una transacción económica es que ambas partes quedan satisfechas y eso, pero no es ahí donde quiero llegar) y siguen su camino, y hacen lo propio con el panadero, el pescador, etc... hasta lograr todo lo que necesiatn. Esto se fue sofisticando con las monedas, la banca, etc., pero siempre el esquema es el mismo: intercambio de bienes y servicios. Pero ese intercambio se basa en algo tan intangible como es la confianza. El campesino confía en que la carne que el otro le da a cambio de las berenjenas es de calidad suficiente y que no está envenenada o que no es aquello que parece. El ganadero coge las berenjenas porque se fía del campesino y de que sus berenjenas valen eso que paga por ella (la pieza de carne). Ambos confían uno en el otro. Si existiera desconfianza en que el otro da lo que promete (buenas berenjenas, carne de calidad, lo que sea), la transacción económica no se realizaría. Así de simple.
Sigamos elevando la cuestión. Ya tenemos dinero, pero ¿qué hacemos con él? Pues vamos a invertirlo en un banco. ¿A qué banco acudiremos? Pues a aquel que nos inspire más confianza, a aquel que suponemos nos dará lo que promete y que no cogerá el dinero y saldrá corriendo con él. Si un banco miente sobre sus cuentas, si no es responsable con el dinero que se le deposita, tarde o temprano quebrará, porque simplemente habrá perdido al confianza de los clientes y nadie pondrá ahí su dinero. Si un Estado miente sobre sus cuentas, es manirroto, no cumple sus compromisos, tarde o temprano entrará en bancarrota porque los demás no le prestarán, los ciudadanos evadirán sus impuestos, nadie querrá su moneda... La economía tiene mucho que ver con la confianza que inspiran las personas que la protagonizan.
¿Recordais aquella famosa frase de una campaña americana en la cuál con una foto de Nixon se decía '¿le compraría usted a este hombre un coche usado?'? Eso es la economía (y la política). Si no te fías de la persona que te vende ese coche usado, simplemente no lo compras. Este es uno de los graves problemas que tiene hoy la economía española: la confianza en quienes la dirigen. Porque uno ve a Merkel o a Cameron y piensa: estos tíos son de fiar. Merkel salió desde el principio diciendo que Alemania se jugaba su futuro en esos años y que debían hacer unos ajustes muy duros. Lo mismo hizo Cameron, poniendo la tijera a todo el presupuesto. Y son gobernantes creíbles. Ahora uno mira a España: nuestro presidente negó que estuviésemos en crisis cuando todos los indicadores ya lo anunciaban, se permitió el lujo de decir que mi amigo Sarkozy ya estaba preocupado porque íbamos a superar a Francia en renta per cápita, presumió de la fortaleza de nuestro sistema financiero mientras era sabido que nuestros bancos no podrían pagar los préstamos en diciembre de ese año y de que había cajas quebradas técnicamente... Ahora, ese mismo presidente promete enmienda, quiere hacer los deberes, pero ¿es creíble? ¿Confiaría usted su dinero a alguien así? ¿Podemos salir de una crisis económica cuando no hay confianza ni seguridad en quien la dirige?
La economía es una cuestión de relaciones humanas. Pues eso.
Sigamos elevando la cuestión. Ya tenemos dinero, pero ¿qué hacemos con él? Pues vamos a invertirlo en un banco. ¿A qué banco acudiremos? Pues a aquel que nos inspire más confianza, a aquel que suponemos nos dará lo que promete y que no cogerá el dinero y saldrá corriendo con él. Si un banco miente sobre sus cuentas, si no es responsable con el dinero que se le deposita, tarde o temprano quebrará, porque simplemente habrá perdido al confianza de los clientes y nadie pondrá ahí su dinero. Si un Estado miente sobre sus cuentas, es manirroto, no cumple sus compromisos, tarde o temprano entrará en bancarrota porque los demás no le prestarán, los ciudadanos evadirán sus impuestos, nadie querrá su moneda... La economía tiene mucho que ver con la confianza que inspiran las personas que la protagonizan.
¿Recordais aquella famosa frase de una campaña americana en la cuál con una foto de Nixon se decía '¿le compraría usted a este hombre un coche usado?'? Eso es la economía (y la política). Si no te fías de la persona que te vende ese coche usado, simplemente no lo compras. Este es uno de los graves problemas que tiene hoy la economía española: la confianza en quienes la dirigen. Porque uno ve a Merkel o a Cameron y piensa: estos tíos son de fiar. Merkel salió desde el principio diciendo que Alemania se jugaba su futuro en esos años y que debían hacer unos ajustes muy duros. Lo mismo hizo Cameron, poniendo la tijera a todo el presupuesto. Y son gobernantes creíbles. Ahora uno mira a España: nuestro presidente negó que estuviésemos en crisis cuando todos los indicadores ya lo anunciaban, se permitió el lujo de decir que mi amigo Sarkozy ya estaba preocupado porque íbamos a superar a Francia en renta per cápita, presumió de la fortaleza de nuestro sistema financiero mientras era sabido que nuestros bancos no podrían pagar los préstamos en diciembre de ese año y de que había cajas quebradas técnicamente... Ahora, ese mismo presidente promete enmienda, quiere hacer los deberes, pero ¿es creíble? ¿Confiaría usted su dinero a alguien así? ¿Podemos salir de una crisis económica cuando no hay confianza ni seguridad en quien la dirige?
La economía es una cuestión de relaciones humanas. Pues eso.
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