¿Puede tratarse la homosexualidad?
Pues bien, copiamos una noticia de Forum Libertas interesante sobre esta cuestión:
Según ha difundido la asociación NARTH (National Association for Research and Therapy of Homosexuality) en su boletín electrónico del 23 de abril, el manual de 2009 de Essential Psychopathology and Its Treatment, texto básico usado en la mayoría de programas y escuelas de medicina psicológica, ha añadido el siguiente párrafo en su página 488 (editorial W.W. Norton & Company):
"Aunque muchos proveedores de cuidados de salud mental y asociaciones profesionales han expresado un escepticismo considerable de que la orientación sexual pudiera cambiarse con psicoterapia y también suponían que los intentos terapéuticos de reorientación producirían daño, la evidencia empírica reciente demuestra que la orientación homosexual puede cambiarse terapéuticamente en clientes motivados, y que las terapias de reorientación no producen daños emocionales cuando se intentan (ejemplos: Byrd & Nicolosi, 2002; Byrd et al., 2008; Shaeffer et al., 1999; Spitzer, 2003)."
Según la asociación NARTH "este es un texto académico muy importante y la inclusión de esta afirmación y las investigaciones que citan es una victoria para NARTH y todos los que apoyan la autodeterminación en el tratamiento de la homosexualidad no deseada".
Nótese que se habla de que se puede tratar sin daño emocional (uno de los grandes tabúes del lobby gay) y que además se trata de hacer terapia sólo en los casos donde la persona no desea ser homosexual. Es importante que este manual básico en psicoterapia incluya esta anotación, porque del mismo modo que tratar de forzar a alguien a reorientar su conducta sexual es una aberración y un daño a su libertad, el no permitir que aquellas personas, por las causas que sean, que quieren abandonar este tipo de conductas reciban el tratamiento médico y psicológico adecuado, es, del mismo modo, una aberración.
Partiendo de la libertad, si alguien quiere abandonar la homosexualidad debe poder hacerlo, y si alguien quiere seguir siendo homosexual, debe poder serlo. Ahora bien, el condenar a aquellos médicos que consideran, desde el análisis de sus datos y la experiencia clínica, que la homosexualidad es una patología o hacer lo propio con aquellos que peinsan exactamente lo contrario y emplear en ambos casos técnicas más propias de la Inquisición o de la persecución comunista soviética, eso, no es de recibo. Dejemos, aquí y en otras muchas materias, que los científicos hagan su trabajo, que eso no debe, creo, impedir que cada cual haga su vida.
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