¡Ya tenemos Estatut!



Pues nada, cada vez va quedando menos de España. Con el irresponsable de José Luis Rodriguez Zapatero al frente, el concepto de nación española, del que beben más de 400 millones de personas (incluyamos a nuestros hermanos del otro lado del Atlántico, que anque son otras naciones, siempre han visto en España a "la madre patria", ahora la verán "de pena") ha desaparecido. ¡España ha muerto! Lo que no lograron ni setecientos años de ocupación islámica, ni los ejércitos napoleónicos, ni la ETA con mil muertos, lo ha hecho este sujeto (es que he hecho el propósito de no emplear palabras malsonantes, aunque se ajusten a la realidad) en año y medio. ¿Cuáles son las grandes líneas del engendro salido del Parlament?

  1. Cataluña es una Nación.
  2. Se debe hablar en catalán y en castellano, pero es que además, quien no sepa catalán que no vaya, ya que la lengua vehicular (con una secretaría dedicada a la delación de aquellos que no hablen catalan, y la gente no se atreve ni a recurrir las multas pro el no uso del catalan, todo al modo de la Alemania de 1935, cuando se delataba al vecino judío, hoy es al que habla español) es el catalán.
  3. La política de inmigración pasa a control de la Generalidad
  4. El tribunal catalán se convierte en Supremo para todos los asuntos catalanes
  5. Los impuestos recaudados en Cataluña se quedan en Cataluña: ojo, el IVA del cava comprado en Badajoz se lo queda la Generalidad...
  6. El Parlamento español no puede tomar decisiones sobre asuntos catalanes: lo hará un ¡comisión bilateral!
  7. La escuela en Cataluña no es aconfesional, es laica
  8. Derecho al aborto (léase "salud reproductiva") y a la eutanasia.
Los puntos 7 y 8 han sido bendecidos por algún obispo (catalá i molt progresista) y por los "sacristanes" de Unió (ya se sabe, de Misa dominical en la Mercé y procesión a Montserrat). Lo importante es ser nazionalista, después seremos ya cristianos o lo que toque. Nada que nos sorprenda si vemos el País Vasco (algunos religiosos vascos y nacionalistas de sacristía).

Pero, esto podría evitarse (una locura de unos visionarios en un parlamento autonómico) si existiese grandeza en el presidente que debe velar por las leyes y viese que para este desafío necesita más a los de la oposición, pero Mariano Rajoy ya lo ha dicho: Rodriguez Zapatero "en un problema para España porque ni garantiza la vigencia de la Constitución, ni garantiza la igualdad de los españoles y ni siquiera la integridad territorial y nuestras propias fronteras". Claro, que para eso hay que ser un hombre de Estado y no un sectario sin escrúpulos.

Esperemos que exista cordura en los diputados socialistas para oponerse a la locura del leonés de la sonrisa fácil, el verbo cursi y la cabeza vacía.

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