Abrid las ventanas, sacudid las alfombras, sacad la basura...
La corrupción no es de derechas o de izquierdas. Hay gente de izquierdas que es capaz de pasar por la política sin que su patrimonio crezca. También en la derecha. Conozco a unos y a otros. Gente honesta, que dedica el tiempo que otros usan para jugar al pádel o ir al cine a preocuparse por el bien común, por el bienestar de sus conciudadanos. No tienen horarios, siempre están dispuestos a acudir allí donde una causa noble en la que puedan creer les llame (aunque yo no coincida con ellos, merecen mi respeto). Pero junto con estos, se mezclan, como en la parábola de la cizaña y el trigo, otros que no tienen más horizonte que el poder y el dinero, cuando no más bajas pasiones aún.
Esto viene a cuento de la presunta trama de corrupción en la que podrían verse envueltos ediles populares, otras en las que lo estarían socialistas... A aquellos que sabemos que la naturaleza humana está dañada no nos sorprende que haya quienes cometan delitos, corrupciones, etc. Son antiguas como la vida misma. El rey David se valió de su cargo para beneficiarse a la mujer de Urías, los dos jueces inicuos pretendieron hacer chantaje a Susana... en fin, que hasta la Biblia nos lo cuenta. Por no hablar de las diversas corrupciones que citan los historiadores romanos o griegos. La corrupción acompaña al hombre y a su quehacer. Al menos la tentación. Si uno ve pasar miles de millones delante de sus ojos, o tiene las ideas muy claras o la tentación de cogerlos y más cuando, como en el caso de España, los controles son tan pequeños y tan escasos.
Pero ahí estamos los ciudadanos que tenemos que exigir de nuestros responsables políticos es que depuren aquellas responsabilidades en las que puedan incurrir algunos de ellos. No podemos dejarlas pasar. Es necesario que en las instituciones españolas se abran las ventanas, se sacudan las alfombras y la basura salga a la luz. Si hay corruptos, que salgan rápidamente de la vida pública. Pero mucho me temo que esto no será sino la punta de un iceberg (lo digo por lo que conozco y se va conociendo) que tiene su base en los errores en la estructuración del Estado y en la forma de financiación de las diversas administraciones. España creo un Estado muy similar al italiano y con el retraso propio del italiano, ya comenzamos a tener corrupción a mansalva, a derecha e izquierda, con políticos de muy poca capacidad intelectual. Hoy lo hablaba yo con un compañero: ¿quien contrataría en su empresa a Leire Pajín, con todos mis respetos? Si a eso le sumamos que lleva, como tantos otros, toda la vida en la política, que no ha trabajado nunca como los demás (un ejemplo de esto es nuestro presidente, por ejemplo, toda la vida de diputado culiparlante)... tenemos una enorme dificultad para que puedan regenerar la vida pública, rehacer un sistema que por su naturaleza tiende a la corrupción: sistema de partidos con listas cerradas, cúpulas de ascenso no democrático, elección de jueces por el poder legislativo que a su vez depende del Ejecutivo al menos en el partido mayoritario...¿y nos sorprende la corrupción? ¡¡Qué todas las ventanas se abran!! Vayamos a la catarsis antes de que el olor a porquería anegue toda la vida política...
Esto viene a cuento de la presunta trama de corrupción en la que podrían verse envueltos ediles populares, otras en las que lo estarían socialistas... A aquellos que sabemos que la naturaleza humana está dañada no nos sorprende que haya quienes cometan delitos, corrupciones, etc. Son antiguas como la vida misma. El rey David se valió de su cargo para beneficiarse a la mujer de Urías, los dos jueces inicuos pretendieron hacer chantaje a Susana... en fin, que hasta la Biblia nos lo cuenta. Por no hablar de las diversas corrupciones que citan los historiadores romanos o griegos. La corrupción acompaña al hombre y a su quehacer. Al menos la tentación. Si uno ve pasar miles de millones delante de sus ojos, o tiene las ideas muy claras o la tentación de cogerlos y más cuando, como en el caso de España, los controles son tan pequeños y tan escasos.
Pero ahí estamos los ciudadanos que tenemos que exigir de nuestros responsables políticos es que depuren aquellas responsabilidades en las que puedan incurrir algunos de ellos. No podemos dejarlas pasar. Es necesario que en las instituciones españolas se abran las ventanas, se sacudan las alfombras y la basura salga a la luz. Si hay corruptos, que salgan rápidamente de la vida pública. Pero mucho me temo que esto no será sino la punta de un iceberg (lo digo por lo que conozco y se va conociendo) que tiene su base en los errores en la estructuración del Estado y en la forma de financiación de las diversas administraciones. España creo un Estado muy similar al italiano y con el retraso propio del italiano, ya comenzamos a tener corrupción a mansalva, a derecha e izquierda, con políticos de muy poca capacidad intelectual. Hoy lo hablaba yo con un compañero: ¿quien contrataría en su empresa a Leire Pajín, con todos mis respetos? Si a eso le sumamos que lleva, como tantos otros, toda la vida en la política, que no ha trabajado nunca como los demás (un ejemplo de esto es nuestro presidente, por ejemplo, toda la vida de diputado culiparlante)... tenemos una enorme dificultad para que puedan regenerar la vida pública, rehacer un sistema que por su naturaleza tiende a la corrupción: sistema de partidos con listas cerradas, cúpulas de ascenso no democrático, elección de jueces por el poder legislativo que a su vez depende del Ejecutivo al menos en el partido mayoritario...¿y nos sorprende la corrupción? ¡¡Qué todas las ventanas se abran!! Vayamos a la catarsis antes de que el olor a porquería anegue toda la vida política...
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