El PP, en la encrucijada

Tras las elecciones de marzo del 2008, algunos vimos que el Partido $ocialista iba a continuar en su intento de ingeniería social y de perpetuarse en el poder con cualquier treta a su alcance. Lo comenzó la legislatura pasada: colocar fuera de la sociedad a todos aquellos que no piensan como ellos. Básicamente la idea es dejar como 'apestados' y como ciudadanos de segunda a católicos y liberales. Ese sentido tenían iniciativas como la memoria histérica, el falso matrimonio homosexual o la Educación para la Tiranía. Esos tres temas, entre otros como la negociación/rendición ante la ETA-nacionalistas, dividían claramente a la sociedad española y no parecía que un presidente que había llegado al poder tras la conmoción que siguió a un atentado como el del 11-M debiera afrontar. Hubiera parecido normal que en esa situación hubiera buscado el mayor consenso posible antes de cambiar todas las reglas del juego (pensemos que se trata de revisar la Historia reciente del país, la definición de la célula básica de la sociedad y del sistema educativo completo, comprometiendo a las generaciones futuras en ello). Pero Rodríguez no actuó así.

De esta manera, los que nos oponemos a que la Historia de España sea empleada como arma arrojadiza contra el adversario, somos tachados de 'fachas', de 'franquistas retrospectivos' y de 'derecha extrema'. Oponerse a que la unión de dos personas del mismo sexo sea lo mismo y se llame igual que el matrimonio entre hombre y mujer, somos 'homófobos', enemigos de los homosexuales, que queremos recuperar la Inquisición y no sé cuántas cosas más. Negarnos a que nuestros hijos sean adoctrinados en la escuela es convertirnos en ultracatólicos y en padres insolidarios y peligrosos. Con esto, se deja a una gran parte de la población como ciudadanos de segunda y fuera del nuevo sistema a crear.

Y tras las elecciones de marzo del 2008, una vez creado el embeleco de que debíamos votar a Zeta porque venía la derecha a oprimirnos, se vuelve a lo mismo. El PP, aconsejado por ese imitador de Glima Lengua de Serpiente de El Señor de los Anillos, que responde al nombre de Pedro Arriola comenzó a envenenar a Mariano y a sus fieles con lo del 'perfil bajo', 'hacerse simpático a la izquierda', 'modular el mensaje', 'limar aristas' y ante todo, 'no movilizar a los votantes de izquierda'. Con eso, el PP de Rajoy se desdibujaba en una especie de magma informe, de lugares comunes y de mensajes políticamente correctos. No importaba que aquellos que siempre se habían mantenido fieles a las ideas del centro derecha liberal huyeran despavoridos, que iconos de la defensa de España y del PP como María San Gil u Ortega Lara dejaran el PP. Glima convencía a un 'grogui' Mariano de que el hecho de que Saruman Gabilondo comenzara a firmar la paz era ya bueno para transmitir la imagen de que 'el PP no es peligroso'.

Pero llegó la crisis económica y ese aura de tipo sonriente, de amigo de las masas, de presidente guay que tenía ZP se truncó. Pese a que el PP no sube en las encuestas, la popularidad del presidente cae y cae. En algunos sectores de la derecha se anuncia que un mal resultado de Mariano puede llevar a la mejor gestor que tiene el PP (Esperanza Aguirre) a ser el rival de Zapatero... Y el P$OE, se moviliza y lanza a todas sus terminales mediáticas, a sus fiscales y jueces a sueldo (garzones, bermejos y villarejos) a buscar a algún diputado, alcalde o lo que sea que pueda servir para atacar al PP y sobre todo al PP de Madrid que dirige Esperanza Aguirre. Además el P$OE no tiene ni el más mínimo decoro en su trama de ataque al PP: el juez caza amablemente muflones con el ministro de Justicia más sectario que ha tenido nunca el Reino de España. Ese mismo juez le espeta a un periodista en un pasillo 'mal lo tenéis para tapar al PP si sólo tenéis lo de la cacería'. Todo un ejemplo de independencia judicial.

Y parece entonces que al rey Theoden-Rajoy se le aparece de nuevo su gandalf que le despierta del letargo al que Glima-Arriola le tiene sumido. Se siente rejuvenecer y por primera vez en casi un año, se decide a hacer oposición ¡¡durante dos días seguidos!! Porque ese es el problema que hoy tiene el PP: está en la encrucijada entre hacer oposición e intentar obtener el poder manteniendo sus ideas o bien sucumbir ante el régimen despótico que el chico de la sonrisa quiere imponer heredando el poder tras él. Pero es que además, no le dejarán: si no se defiende, desaparecerá. Como en el libro que citamos, 'El Señor de los Anillos', ahora no cabe la neutralidad, o se está con las fuerzas del bien o con las fuerzas del mal... no hay término medio.

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