El PP, en la encrucijada
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De esta manera, los que nos oponemos a que la Historia de España sea empleada como arma arrojadiza contra el adversario, somos tachados de 'fachas', de 'franquistas retrospectivos' y de 'derecha extrema'. Oponerse a que la unión de dos personas del mismo sexo sea lo mismo y se llame igual que el matrimonio entre hombre y mujer, somos 'homófobos', enemigos de los homosexuales, que queremos recuperar la Inquisición y no sé cuántas cosas más. Negarnos a que nuestros hijos sean adoctrinados en la escuela es convertirnos en ultracatólicos y en padres insolidarios y peligrosos. Con esto, se deja a una gran parte de la población como ciudadanos de segunda y fuera del nuevo sistema a crear.
Y tras las elecciones de marzo del 2008, una vez creado el embeleco de que debíamos votar a Zeta porque venía la derecha a oprimirnos, se vuelve a lo mismo. El PP, aconsejado por ese imitador de Glima Lengua de Serpiente de El Señor de los Anillos, que responde al nombre de Pedro Arriola comenzó a envenenar a Mariano y a sus fieles con lo del 'perfil bajo', 'hacerse simpático a la izquierda', 'modular el mensaje', 'limar aristas' y ante todo, 'no movilizar a los votantes de izquierda'. Con eso, el PP de Rajoy se desdibujaba en una especie de magma informe, de lugares comunes y de mensajes políticamente correctos. No importaba que aquellos que siempre se habían mantenido fieles a las ideas del centro derecha liberal huyeran despavoridos, que iconos de la defensa de España y del PP como María San Gil u Ortega Lara dejaran el PP. Glima convencía a un 'grogui' Mariano de que el hecho de que Saruman Gabilondo comenzara a firmar la paz era ya bueno para transmitir la imagen de que 'el PP no es peligroso'.
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Y parece entonces que al rey Theoden-Rajoy se le aparece de nuevo su gandalf que le despierta del letargo al que Glima-Arriola le tiene sumido. Se siente rejuvenecer y por primera vez en casi un año, se decide a hacer oposición ¡¡durante dos días seguidos!! Porque ese es el problema que hoy tiene el PP: está en la encrucijada entre hacer oposición e intentar obtener el poder manteniendo sus ideas o bien sucumbir ante el régimen despótico que el chico de la sonrisa quiere imponer heredando el poder tras él. Pero es que además, no le dejarán: si no se defiende, desaparecerá. Como en el libro que citamos, 'El Señor de los Anillos', ahora no cabe la neutralidad, o se está con las fuerzas del bien o con las fuerzas del mal... no hay término medio.
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