El desprecio por la ley, herencia de ZP
Si hay algo que ha marcado la gestión de Zapatero durante estos siete años y medio ha sido el desprecio absoluto por la ley. Llegó poder tras una violación de la jornada de reflexión, aunque aceptáramos que no lo hubiera hecho directamente, la realidad es que aquel 14 de marzo de 2004 acudimos a votar con la presión ejercida sobre las sedes del PP, y con aquella frase ya lapidaria de Rubalcaba (hoy 'Pepunto'): España no se merece un gobierno que mienta. Ese fue su comienzo y desde hay casi no queda ley que no haya forzado, empezando por la misma Constitución que ha sido leída, digamos, de modo creativo. Ahí tenemos el Estatuto de Cataluña, que otorga derechos a los catalanes diferentes a los del resto de los españoles, al que ha seguido toda una serie de estatutos de autonomía más, ahí con la complicidad estúpida del Partido Popular. Unas modificaciones que casan muy mal con el espíritu y la letra de la Constitución que los españoles nos dimos en 1978. Pero ha ido más allá, ha permitido que los diversos nacionalismos incumplan la ley, sobre todo en lo referente a lengua y educación. ¿Qué podemos decir de los bancos y demás entidades a las que vigilar? El uso de la inspección ha sido meramente instrumental al servicio, no de la ley y la justicia, sino del interés partidista del PSOE y de su secretario general. La policía ha intervenido con estruendo y estrépito cuando se ha tratado de un político popular o un famoso al que condenar a tres telediarios de escarnio. La libertad de educación pisoteada, conceptos legales que datan de siglos como el matrimonio han cambiado su sentido totalmente, el derecho a la vida tiene más valor para el feto de buitre leonado que para el feto humano (incumpliendo la sentencia del Tribunal Constitucional). La penúltima fue la presencia de un partido proetarra en las elecciones sin que se cumpliera la ley de partidos.
Pero donde se ha manifestado más claramente este desprecio al cumplimento de la ley que nos diferencia de los animales y nos permite vivir sin violencia es el movimiento 15-m de los indignados (César Vidal con humor los llama 'los indignantes' ya que provocan en la gente de bien esa justa indignación). Comenzaron por ocupar (y ahí siguen) de forma ilegal un espacio público sin que la autoridad (léase la policía) hiciera nada por evitarlo. Después acudieron nuestros indignaditos a asaltar el Congreso (no lo lograron, pero tampoco hubo detenciones de los cabecillas de la revuelta) y el Parlament autonómico de Cataluña (espectáculo tercermundista el de los parlamentarios entrando en helicóptero o en lecheras en la sede de la soberanía -que no, que no está en la Plaza de Cataluña o en la Puerta del Sol, sino en los Parlamentos elegidos por voto universal y secreto-). Han protagonizado agresiones a la policía judicial cuando iba a realizar un desahucio por impago de una hipoteca o alquiler, evitando que la ley se cumpliera. Tampoco en este caso se han conocido detenidos. Ayer mismo, la policía en Madrid se disponía a detener a un senegalés que se había colado en el Metro. Menos mal que una indignada vio como la violencia policial (conocida claro, ya que es la Policía) se cebaba con ese pobre que lo único que hacía era hacer uso de un servicio público que pagamos todos los que pagamos impuestos en España (sean o no nacionales, eso importa menos) de forma gratuita. Esta indignada avisó a sus compañeros (que por suerte se encontraban en plena faena revolucionaria con una asamblea en la plaza de Lavapiés) que agredieron a los policías, zarandearon el coche al grito de 'ningún ser humano es ilegal' evitando así que, una vez más, se cumpliese la ley. ¿Lo mejor? (o lo peor) es que nuestra héroe indignada salía ante las cámaras de televisión presumiendo de que había sido ella la que había dado la voz de alarma para evitar que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado cumpliesen con su deber. No se sabe tampoco que tras esa confesión de parte haya sido detenida y puesta a disposición de la administración de justicia...
El panorama es desolador. En España, con ZP en la presidencia y Freddy Rubalcaba (ahora Pepunto) en el Ministerio del Interior, la ley no es algo que tenga que cumplirse. Dependerá de quien sea quien la transgreda. Los ciudadanos saben que respetar la ley no es un valor a inculcar, ya que quien tiene que hacerla cumplir no cumple con su obligación si eres un progre, claro.
Esa es la razón por la que Pepunto tiene que dimitir. No porque sea incompatible el ser ministro del Interior con la condición de candidato a la presidencia del gobierno. No, la razón para su dimisión es que su presencia en el ministerio de la policía es incompatible con la decencia y el decoro exigible a un cargo público.
(el vídeo que ilustra este post fue grabado por los propios indignados)
Comentarios
VIVA EL SOCIALISMO!!!
SOCIALISMO ES LIBERTAD!!!
OJALÁ EL 15-M DERIVE EN UNA REVOLUCIÓN DE IZQUIERDAS!!!