Las alternativas al desastre

Algunos llevamos tiempo diciéndolo: esto no se sostiene. Hoy ya lo reconocen algunos políticos aunque como somos todos 'forofos', lo dicen tras muchos circunloquios y vueltas. Aznar el otro día en una conferencia en EEUU afirmó de que hay serias dudas de que España pueda pagar su deuda. Le llovieron las críticas, era un 'antipatriota' (como si endedudar a nuestros hijos y nietos fuera muy patriótico) y no confiaba en el valor del país. Pero ayer, un consejero de la Generalitat ya reconoce que no podrá mantener los niveles de la sanidad (eso que llamamos pomposamente el Estado del Bienestar). Por supuesto nadie le ha criticado, pero la realidad ya está ahí: no podemos mantener este nivel de gasto. Las 17 taifas autonómicas, aceptar como un derecho servicios universales sin ni siquiera haber cotizado, eso no se mantiene. Y en el fondo lo sabemos, porque todos los que tenemos una familia lo sabemos: si se gasta más de lo que se ingresa, la ruina es segura... y España lleva así mucho tiempo. Nos hemos lanzado a rescates insostenibles como los de las cajas de ahorros (¿cuántos planes llevamos ya?), hemos financiado todo tipo de dispendios (¿o es que se nos ha olvidado ya que tenemos más coches oficiales que los EEUU? ¿o que disponemos de 17 parlamentos?) y nuestros datos macroeconómicos no mejoran. Y lo peor es que mientras tengamos ese porcentaje de paro (sobre todo juvenil), no podremos salir del hoyo porque nuestras obligaciones (que son correctas, porque no se debe dejar en la estacada a los que más lo necesitan) superan con mucho lo que generamos. Urge, por tanto, no mentir a los ciudadanos, decirles la verdad, hablar del 'sangre, sudor y lágrimas' que se nos avecina, pero 'estamos en campaña': unos nos dicen que el final del tunel está cerca y otros que sólo ellos, con su presencia, traeran la prosperidad. Pues bien, la realidad es tozuda: Zapatero y el socialismo (por su propia naturaleza) sólo pueden traernos la ruina ad aeternum, pero el PP deberá hacer reformas muy duras, sacrificar y modificar parte de la Constitución (sobre todo lo relativo al Estado de las autonomías y la descentralización), rehacer los acuerdos para adelgazar el Estado, acabar con parásitos varios (léase sindicatos de clase y patronales 'amarillas', junto a partidos políticos, ONG's, estudios de análisis, empresas públicas, entes públicos y subvenciones varias) y cambiar las condiciones de acceso a los servicios públicos (no es sostenible una educación 'gratuita' o una sanidad 'gratuita' para quien no ha aportado un euro a las arcas de esos servicios. Se puede prestar ese servicio, pero el otro deberá de una u otra manera, pagarlo).

¿Es duro? Más dura es la bancarrota o la intervención

Comentarios

Cuba testigos ha dicho que…
Excelentes argumentos!

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