¿Pagar por usar las carreteras? Gran Hermano aquí mismo

Parece, según nos cuenta el nuevo suplemento de Libertad Digitial, Nuevo Mercado, que el Gobierno podría estar estudiando esta posibilidad dentro de las medidas de ahorro/ingreso/salvación nacional. Cuando uno lee el artículo no puede sino pensar que es cierto, ya que a nadie se le puede ocurrir un sistema más perverso y liberticida que este. Resumo: todos llevaríamos en nuestro coche una pegatina con un chip que identificaría nuestro coche, cuanta corriente, etc. y al paso por cada punto de control, se iría cargando el coste de lo recorrido. Pero es que ese chip puede registrar la hora a la que hemos pasado, por dónde, velocidad, etc. Si no pagamos, ese mismo chip informaría a la Guardia Civil para que nos detuviera de inmediato. El moverse libremente dentro del territorio nacional sin que lo supiese el Ministerio del Interior (del que depende Tráfico) sería ya una utopía. Como bien señala el articulista, ni George Orwell hubiera podido crear un sistema más perfecto.

Algunos pensarán que es exagerado, pero si vemos la trayectoria del Gobierno de Zapatero, no es desde luego descabellado el pensarlo: su mayor anhelo, al que supedita todo, incluída la política económica, es la ingeniería social. Hay que eliminar las tradiciones españolas por cristianas, hay que cambiar las conciencias para que acepten lo antinatural como natural, para que los hijos no confíen en sus padres, hay que decirle a la gente mediante prohibiciones lo que le conviene, y aquel que no lo acepte es un fascista, homófobo, que lo quiere es conducir a toda velocidad, sin cinturón de seguridad y, al ser posible con unas copas de más (esto último es lo que ha dicho Marcelino Iglesias de los que nos oponemos a la rebaja en la velocidad en autopistas). Ahora, el Gobierno tendrá controlada toda nuestra vida: SITEL controla nuestras comunicaciones, las operadoras de internet tienen obligación de dar los datos de los lugares por los que navego por si me bajo una película española, a mis hijos me los educa el Estado, mis hijas pueden abortar sin ni siquiera comunicármelo, no puedo fumar durante una boda, ni se me va a ocurrir comerme una hamburguesa XXL o beberme una copa de vino... No pueden conducir por mí, pero en ello están. ¿Exagero?

La medida puede parecer lógica: quien más usa las carreteras, que pague más por ellas. Pero los conductores pagan ya el Impuesto de Circulación (que se supone que es para ciruclar) cada año, el 50% de las gasolinas son impuestos (que se supone que quien más circula más gasta), en algunas CCAA tenemos hasta el céntimo sanitario para que las gasolinas paguen la Sanidad (cosa curiosa, ya que un impuesto no puede ser finalista y sí una tasa)... El contribuyente más solidario de España es el conductor (seguido de cerca por el fumador), que cada vez que se mueve... paga. Pero al socialismo del siglo XXI le parece poco. Va en la línea del movimiento obrerista y ludista del XIX: las máquinas son un mal a destruir porque genera paro. Desde ahí hasta ahora, el socialismo siempre culpa al progreso de sus problemas, y sobre todo si el progreso va unido a libertad individual. Porque, ¿hay algo que fomente más la libertad individual que poderme mover por dónde me plazca sin barreras de distancia y sin que el Estado u otros habiliten líneas para ello? Eso es el automóvil, gran enemigo del socialismo de hoy...

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