Del no a la guerra, a la guerra de cabeza

Que conste que estoy a favor de que se intervenga en Libia, como estaba a favor de que se interviniera en Irak. Creo que un dictador sanguinario que masacra a su pueblo, que amenaza (y cumple sus amenazas) a propios y ajenos, no tiene más futuro que ser derrocado y ser ajusticiado por crímenes de guerra y de lesa humanidad. Por tanto, en este post no pienso valorar la decisión de intervenir en Libia, ya que creo que aún nos quedamos cortos en lo decidido: el objetivo debería ser acabar con Gadafi e intentar que allí haya un régimen lo más parecido a una democracia con derechos humanos, libertades, etc.

Pero hay algo que me enerva de manera total es el cinismo. España en 2003 no participó en la guerra de Irak, aunque su Gobierno la defendió diplomáticamente. España participó, con mandato de Naciones Unidas y junto a otras sesenta naciones del mundo, en la reconstrucción del país. De allí, con mentiras, nos sacó el de las ansias infinitas de paz, mientas nuestros aliados se burlaban de nuestros soldados cacareando y lanzando plumas de gallina a su paso. Hoy, su discurso (ver video) no se diferencia del que usó Aznar. Hoy, como entonces había un dictador que masacraba a su pueblo y no obedecía las resoluciones de la ONU, un dictador que había usado de la fuerza contras los suyos de forma masiva. ¿La diferencia? Dos: entonces España no participó en los ataques contra el país y sí en la reconstrucción, y hoy ha sido de los primeros en poner aviones. La otra, entonces la oposición se comportó de forma miserable y hoy lo hace de forma responsable, casi servil.

No le pido a Zapatero coherencia. No le pido mucho: simplemente que pida perdón, que, como hizo el otro día con las nucleares, cuando se está en el gobierno se ven las cosas de otra manera, que hay unas responsabilidades que no se pueden obviar. Que entonces lo hizo por desconocimiento, por inexperiencia.. perdonado queda. Pero no, hoy nos hace comulgar con ruedas de molino...

Comentarios

Tío Chinto de Couzadoiro ha dicho que…
¡Total nada, lo que reclama a Zapatero! ¡Que pida perdón! Zapatero, con toda su cuadrilla, es tan rematadamente falso, hipócrita y embustero que, antes de pedir perdón por lo que sea, caerá en el cinismo de asegurar que el ofendido es él y que, por tanto, son otros lo que deben pedirle perdón a él. ¡La madre que lo parió!

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