Haití, ¿un estado de la Unión?

Mucho se ha discutido este fin de semana sobre el futuro de Haití tras el terremoto que lo ha asolado. Sobre todo tras el anuncio de la administración Obama de no abandonar el país en veinte años. El sandinista (y abusador de menores) presidente de Nicaragua Daniel Ortega ya ha dicho que lo que quiere EEUU es quedarse con Haití. Algunos ya quieren ver ansias imperialistas en la decisión de enviar diez mil marines para poner orden en el país, proceder a la reconstrucción, etc. Pero hay que ser serios. Haití es el país más pobre de América, las guerras civiles se suceden, no existe seguridad jurídica ni nada parecido a un Estado (del tipo que sea). Las sucesivas ayudas que este país ha ido recibiendo han sido robadas por su clase dirigente una vez sí y otra también. Es un estado fallido. Pensamos en el vecino República Dominicana, donde, pese a las dificultades y pobreza, el Estado existe, la prosperidad avanza... pero no es el caso de Haití.

En otro día hablándolo con unos amigos, lo primero que afirmaban es que sería horrible que se lo quedaran los norteamericanos. La pregunta era, ¿entonces lo dejamos en manos de Hugo Chávez? Es que es la alternativa. Entonces ya la cosa cambiaba. Ya nos parece tan mal que se haga cargo la primera democracia del mundo. Además, la única garantía que podemos tener de que la ayuda humanitaria que hagamos llegue a su destino y no a los bolsillos de corruptos funcionarios de la ONU (¿hemos olvidado ya que el hijo del Kofi Annan se llevaba la pasta del programa Petróleo por alimentos en Irak?) es que se encargue la administración americana. Los norteamericanos tienen una cosa que en Europa ni conocemos: la separación de poderes. Allí sospechan que alguien ha cogido un dólar que no le corresponde y... ¡van y le juzgan! Son muy poco progresistas. Todo el mundo sabe que el progreso exige que los próceres de la patria no sufran necesidad y los exiguos sueldos que como funcionarios de labores humanitarias, parlamentarios, políticos de cualquier jaez, no permiten este noble objetivo. Por tanto, como modernos Robin Hood's, todos estos socialistas de todos los partidos destinan una parte de cualquier partida a los pobres a repartirla entre los pobres más progres.

Otro ejemplo de como la unión con EEUU no puede sino traer prosperidad a Haití es Puerto Rico (y nunca mejor dicho): desde que llegó al acuerdo con EEUU no ha parado de crecer, de convertirse en un lugar próspero y rico. No sé que tendrá, pero la unión de libertad, estado de derecho y propiedad privada sólo trae mejoras en la vida de los ciudadanos. En cambio el socialismo sólo trae ruina. ¿Por qué será?