El cementerio de Yebra... el PP se nos muere
Si el Gobierno es malo hasta decir basta!, la oposición que sufrimos no lo es menos. Porque uno puede estar equivocado, pero tomar a la gente por imbécil es ya demasiado, incluso para los españoles. Aquí ya hemos criticado a la Secretaria General del PP y Presidenta del mismo en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal por su decisión de negar el Plan Hidrológico Nacional y el trasvase de agua a Levante. La política del PP había sido la de que nadie puede apropiarse de los recursos hídricos del país: el agua es de todos, como el aire y se trasvasarán recursos de un sitio a otro en función de las necesidades del país. Pues bien, Maricospe ha decidido terminar con esto, con la aquiescencia del presunto presidente del PP, Mariano Rajoy. Ya lo hemos comentado aquí.
Y ahora, en esa misma línea, Cospedal decide expedientar al alcalde de Yebra en Toledo (PP) y sus concejales por desobedecer las órdenes de su presidenta y Secretario General y votar a favor de la instalación de un cementerio nuclear en su municipio. La historia es sencilla: hay que construir un centro de residuos radioactivos en algún sitio y al concurso pueden presentarse los municipios previa aprobación en el pleno del consistorio. El centro de marras traerá de forma directa unos trescientos puestos de trabajo, dinero a la comarca... en fin, que es una oportunidad cuando el paro se ceba con una localidad, los ingresos por obra nueva descienden... El pleno del ayuntamiento de Yebra, ante esta situación, decide presentarse y lo aprueba de forma unánime. Según la Constitución, los representantes elegidos no tienen mandato imperativo, sino que se supone que actúan libremente, representando a aquellos que le han votado y que si no cumplen, siempre se les podrá echar en las siguientes elecciones. Pues resulta que no, que aunque los representantes de los vecinos hayan decidido solicitar el cementerio nuclear, a Maricospe no le va bien para acceder a ser presidenta de Castilla-La Mancha y entonces se salta la ley, el sentido común, las decisiones del Ayuntamiento de Yebra, la política general del PP en materia de energía... Da igual, encima presume: ni Arenas ni nadie va a impedir el expediente al Alcalde de Yebra. Todo una demócrata. Así que los castellanomanchegos lo tienen claro: o Barreda o Cospedal. Tifus o cólera. Difícil elección.
Y ahora, en esa misma línea, Cospedal decide expedientar al alcalde de Yebra en Toledo (PP) y sus concejales por desobedecer las órdenes de su presidenta y Secretario General y votar a favor de la instalación de un cementerio nuclear en su municipio. La historia es sencilla: hay que construir un centro de residuos radioactivos en algún sitio y al concurso pueden presentarse los municipios previa aprobación en el pleno del consistorio. El centro de marras traerá de forma directa unos trescientos puestos de trabajo, dinero a la comarca... en fin, que es una oportunidad cuando el paro se ceba con una localidad, los ingresos por obra nueva descienden... El pleno del ayuntamiento de Yebra, ante esta situación, decide presentarse y lo aprueba de forma unánime. Según la Constitución, los representantes elegidos no tienen mandato imperativo, sino que se supone que actúan libremente, representando a aquellos que le han votado y que si no cumplen, siempre se les podrá echar en las siguientes elecciones. Pues resulta que no, que aunque los representantes de los vecinos hayan decidido solicitar el cementerio nuclear, a Maricospe no le va bien para acceder a ser presidenta de Castilla-La Mancha y entonces se salta la ley, el sentido común, las decisiones del Ayuntamiento de Yebra, la política general del PP en materia de energía... Da igual, encima presume: ni Arenas ni nadie va a impedir el expediente al Alcalde de Yebra. Todo una demócrata. Así que los castellanomanchegos lo tienen claro: o Barreda o Cospedal. Tifus o cólera. Difícil elección.
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