Honduras, ¿golpe de Estado?

No es la forma de llegar al poder lo que hace democrático a un gobernante, sino su ejercicio y el respeto a la ley. Ganar unas elecciones no da al elegido gobernante carta blanca para hacer cualquier cosa. No, el límite siempre es la ley y el imperio de la misma. Desde que Montesquieu y los demás teóricos de la democracia dejasen clara la separación de los diferentes poderes del Estado (ejecutivo, judicial y legislativo), los límites de unos y otros, esta es una cuestión evidente. Ejemplos en la historia los tenemos y recientes: Adolf Hitler llegó al poder de forma democrática, más de 33 millones de alemanes optaron por la opción nacional-socialista. Una vez hecho esto, cambió la constitución, un referéndum lo proclamó Füher y convirtió la República de Weimar en una parodia. Lo mismo podemos decir de Benito Mussolini, que ganó unas elecciones para después terminar con la monarquía parlamentaria en Italia.

Imaginemos un caso más cercano. Un presidente autonómico elegido de forma democrática decide plantear un referéndum en el que pregunta a los ciudadanos si aceptan o no la Constitución del resto del Estado y si desean seguir siendo parte del mismo. El Parlamento nacional se opone a la intención del presidente autonómico y le conmina a desistir de su intento de convocar ese referéndum. El presidente desoye al parlamento y decide continuar adelante. Finalmente el asunto termina en los tribunales de Justicia y el Tribunal Supremo emite una sentencia en la que conmina al presidente autonómico a no convocar ese referéndum. Pero el presidente autonómico no ceja en su empeño y convoca el referéndum. El parlamento decide entonces realizar una votación en la que destituye al presidente. Éste decide hacerse fuerte en la sede del gobierno abriendo las puertas para que sus seguidores hagan a modo de escudo humano. La solución que decide el Parlamento y el Tribunal Supremo es solicitar al Ejército que detenga al presidente rebelde y nombra a un diputado de entre ellos nuevo presidente autonómico. ¿Nos parece que es antidemocrática la decisión del Tribunal y del Parlamento? ¿Nos pondríamos todos de acuerdo para exigir a ese Parlamento y a ese Tribunal que lo restituya en su puesto? Eso estuvo a punto de pasar en España con Ibarretxe. Todos aplaudimos que no se permitiera la convocatoria de su referéndum.

¿Qué ha pasado en Honduras con Zelaya? La Constitución hondureña prohíbe que un presidente se presente a la reelección. Manuel Zelaya decide convocar un referéndum (del mismo modo que Chávez, Morales, etc.) para que el presidente pueda ser reelegido de forma indefinida. El Parlamento le dice que lo que pretende es ilegal y hasta su partido le retira el apoyo. El Alto Tribunal de Honduras le dicta un mandato diciéndole que es ilegal y que desista de hacerlo. Manuel Zelaya se niega a obedecer a los otros poderes del Estado. El Parlamento vota una resolución en la que pide al Ejército que destituya y detenga al presidente de Honduras. El presidente se hace fuerte en la sede del Gobierno abriendo las puertas al pueblo. El ejército finalmente destituye al presidente y de modo temporal, el presidente del Parlamento ocupa la presidencia y forma un gobierno de concentración nacional.

¿Dónde está lo antidemocrático? ¿Quien es el golpista? ¿El que desoye a los otros poderes del Estado que le instan a cumplir la ley o los que se niegan a acatarla? Aquí el único golpista ha sido Zelaya, el que pretendía saltarse la Constitución era Zelaya. Esperemos que Honduras pueda ser el primer freno al expansionismo chavista y bolivariano. Desde el momento en el que ví que quienes apoyaban a Zelaya eran Castro en Cuba, Chávez en Venezuela, Ortega en Nicaragua, Kirschner en Argentina y Morales en Bolivia, me dije, hay que estudiarlo, pero si le apoyan todos los dictadores del cono Sur... casi que van a tener otros. Y cuando lo analizas, el golspista es Zelaya y no el Parlamento.