La homosexualidad, asignatura obligatoria
Decía ZP en el Congreso: "si quieren hacer la religión obligatoria, que no cuenten conmigo". Aplausos desde la bancada roji-rosa. Más falso que un Judas de plástico, porque nadie quiere hacer obligatoria la religión (desde la LODE no lo es), pero sí evaluable y dentro del horario escolar, con una alternativa digna. Pues mira que por ahí no pasa el "feminista radical", el "rojo" y del talante sin talento (ver post anterior más abajo).
Pero eso sí, se incluye el respeto a la homosexualidad (sic) como uno de los objetivos de la educación, disimulado bajo el título de "el reconocimiento de la diversidad afectivo-sexual" (sic de nuevo). Pero, como bien ha denunciado el secretario general de USO, no se incluye el que uno de los fines de la educación sea adquirir conocimiento. O sea, que según nuestro progres de salón, pedagogos que no han visto un niño en su puñetera vida (lo de puñetera va por las puñetas de los jueces de tercer turno como De la Vogue), convertirán la escuela en un sex-shop, o en las sesiones del Plus del viernes por la noche (ahora llamado Eva H). ¿Quien impartirá la asignatura o materias referentes a la educación afectivo-sexual (mira que es raro el palabro)? Pues yo ya tengo el planning (que por otra parte se usa en Rivas-Vaciamadrid y en el mismo Madrid): Pedro Zerolo, Boti García, y adláteres. Asesoran en la materia: COGAM, FEGLT, y por supuesto IU.
Pero para que no sea darle solo a la izquierda, en el PP tienen al ínclito Gallardón que autorizó, y autoriza, la propagando progay en las escuelas de la ciudad. Y sor Ana inaugurando centros para pobres...
Ya lo dijimos en su día, es toda una serie de mentiras arriesgadas que llegan hasta mucho más allá. Y el intento de la guía de Castilla-La Mancha fue muy burdo, pero ya se intentó y ese espíritu es el que propone la LOE. Otros medios se van haciendo eco, pero esto no ha hecho más que empezar. No es tiempo de componendas, sino de seguir en la lucha, en la calle, ante el atropello que supone que quieran hacer infelices a nuestros hijos.
El problema es el de la libertad: quieren dejarme en paz para educar a mis hijos y dejar de meterse en mi vida. Enséñenles a los críos matemáticas y lengua española (¡qué falta hace en Cataluña, Valencia y Galica, p.e.!) y dejen de meterse en su conciencia, en su cama y hasta en su ropa interior...
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