¿Debe ser católico un comunicador en COPE?
Esta parece ser una discusión de lo más animada en algunos foros tras la segura contratación de Ernesto Saénz de Buruaga para sustituir a Nacho Villa al frente de La Mañana, los diversos comentarios del Juan Manuel de Prada sobre el asunto que no han hecho sino recordar la marcha de Federico Jiménez Losantos y César Vidal el verano pasado... Desde luego, el debate es muy de fondo y afecta al meollo de la cuestión, que no es otro que cuál es la misión de un medio de comunicación de orientación cristiana. Como el asunto es de lo más interesante, no puedo omitir el dar mi propia opinión:
Una primera misión evidente que debe tener siempre en mente la Iglesia es que ha venido a anunciar la buena nueva del Evangelio de Jesucristo. De otro modo, no tendría sentido el mantener un medio de comunicación. Pero esa misión, con ser la fundamental, no es única. Debe siempre un medio que se dice cristiano el unir a aquellos que hemos visto echar demonios en tu nombre porque uno que echa demonios en mi nombre, no puede luego hablar mal de mí. Y ahí entran tantas personas de buena voluntad que, respetando el ideario cristiano de la cadena, aportan tanto a las soluciones cristianas a los diversos problemas y cuestiones. Yo parto del principio de que la fe, aunque lo ilumina todo, no da soluciones a los problemas concretos de una sociedad dada. La Iglesia no es liberal ni socialdemócrata ni comunista... ni... de otro modo no habría sobrevivido a más de 2000 años y a todo tipo de modelos sociales. Así, pese a las críticas de De Prada, un cristiano puede defender un modelo liberal de sociedad, quizá otro uno más social y otro incluso más de derechas o de izquierdas. Existe un sustrato común a todos ellos que lo compone la fe y la moral de la Iglesia, pero nada más. Es muy pocas cosas las que la Iglesia condena o se adhiere de forma total. Pero el mensaje cristiano no es endogámico, interpela a todo hombre, y nada del hombre le es ajeno. Por tanto, es lógico que junto a otros hombres de buena voluntad busque (no como jerarquía, aunque sí cada cristiano) el bien del hombre. Como bien ha indicado en ocasiones el Santo Padre, en el diálogo racional puede el hombre, y el cristiano, encontrar soluciones a los problemas sociales y políticos. No debe el cristiano rehuir ese diálogo. Y si no debe rehuirlo en cualquier tribuna, ¿cuánto menos en la tribuna que pone la misma Iglesia? La verdad os hará libres, y el que está convencido de la verdad no necesita rehuir el diálogo con el que piensa distinto o simplemente matiza...
Mi conclusión, quizá un tanto liosa (lo admito), es que no es preciso ser católico militante para ser director de un programa en COPE o en otro medio, digamos, de titularidad cristiana. ¿Sería bueno? Pues sí, pero no lo creo imprescindible. La libertad del cristiano le permite aceptar la libertad de otro, ¿o no? Por eso Saenz de Buruaga (como antes FJL o César Vidal) pueden ser perfectos directores de programa, aunque no sean propiamente cristianos: respetan el ideario de la cadena, son honestos con la audiencia y no hacen pasar sus opiniones por doctrina de la Iglesia, comparten en gran parte el ideario de la cadena y sus accionistas... ¿cuál es el problema? Si hasta César Vidal nos recordaba cada día el santoral...
Una primera misión evidente que debe tener siempre en mente la Iglesia es que ha venido a anunciar la buena nueva del Evangelio de Jesucristo. De otro modo, no tendría sentido el mantener un medio de comunicación. Pero esa misión, con ser la fundamental, no es única. Debe siempre un medio que se dice cristiano el unir a aquellos que hemos visto echar demonios en tu nombre porque uno que echa demonios en mi nombre, no puede luego hablar mal de mí. Y ahí entran tantas personas de buena voluntad que, respetando el ideario cristiano de la cadena, aportan tanto a las soluciones cristianas a los diversos problemas y cuestiones. Yo parto del principio de que la fe, aunque lo ilumina todo, no da soluciones a los problemas concretos de una sociedad dada. La Iglesia no es liberal ni socialdemócrata ni comunista... ni... de otro modo no habría sobrevivido a más de 2000 años y a todo tipo de modelos sociales. Así, pese a las críticas de De Prada, un cristiano puede defender un modelo liberal de sociedad, quizá otro uno más social y otro incluso más de derechas o de izquierdas. Existe un sustrato común a todos ellos que lo compone la fe y la moral de la Iglesia, pero nada más. Es muy pocas cosas las que la Iglesia condena o se adhiere de forma total. Pero el mensaje cristiano no es endogámico, interpela a todo hombre, y nada del hombre le es ajeno. Por tanto, es lógico que junto a otros hombres de buena voluntad busque (no como jerarquía, aunque sí cada cristiano) el bien del hombre. Como bien ha indicado en ocasiones el Santo Padre, en el diálogo racional puede el hombre, y el cristiano, encontrar soluciones a los problemas sociales y políticos. No debe el cristiano rehuir ese diálogo. Y si no debe rehuirlo en cualquier tribuna, ¿cuánto menos en la tribuna que pone la misma Iglesia? La verdad os hará libres, y el que está convencido de la verdad no necesita rehuir el diálogo con el que piensa distinto o simplemente matiza...
Mi conclusión, quizá un tanto liosa (lo admito), es que no es preciso ser católico militante para ser director de un programa en COPE o en otro medio, digamos, de titularidad cristiana. ¿Sería bueno? Pues sí, pero no lo creo imprescindible. La libertad del cristiano le permite aceptar la libertad de otro, ¿o no? Por eso Saenz de Buruaga (como antes FJL o César Vidal) pueden ser perfectos directores de programa, aunque no sean propiamente cristianos: respetan el ideario de la cadena, son honestos con la audiencia y no hacen pasar sus opiniones por doctrina de la Iglesia, comparten en gran parte el ideario de la cadena y sus accionistas... ¿cuál es el problema? Si hasta César Vidal nos recordaba cada día el santoral...
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