Rubalcaba, secretario general del PSOE
La verdad es que, desde fuera, la elección que tenían ante sí los delegados del 38 Congreso del PSOE, era de lo más complicada. Tenían dos opciones: o bien elegir al candidato que les había llevado a la peor derrota de su historia reciente o bien a una persona que encarna lo más inane del último decenio socialista. Era elegir entre Rubalcaba, un siniestro personaje ligado al tardofelipismo que se reconvirtió al zapaterismo militante y Carme (n) Chacón, cuya mejor definición la hizo Rodríguez Ibarra al llamarla zapatero con faldas . No era, pues, una elección fácil, ya que ninguno de ellos parece reunir las necesidades que puede tener un partido como el socialista de abrirse a la sociedad tras las dosis de sectarismo que el anterior secretario general había dispensado por doquier: si a uno le falta capacidad para conectar con la sociedad y atraer a la gente más joven e incluso a la de edad madura que recuerda su trayectoria (Rbc es artífice de los engaños del GAL, responsable...