Qué hacemos con la Monarquía?

Porque esa es la cuestión de fondo que se dilucida en el caso Urdangarín. Según los datos que vamos conociendo, Iñaki Urdangarín usaba como ariete de sus negocios su conexión con la Familia real, el hecho de ser yerno del Rey. Mal está ese uso que ha hecho el Duque de Palma de su condición de consorte de una Infanta de España. Pero hay un hecho, para mí, mucho más relevante: ¿por qué los empresarios, administraciones, etc. pagaban ese chantaje? ¿Por qué el estar relacionado con la Casa Real es un salvoconducto para hacer negocios? ¿Es que los empresarios y políticos españoles están acostumbrados a este tipo de relaciones con la Monarquía? ¿Ha habido otros que han hecho negocios de esta manera? Y la pregunta más importante, ¿conoce el Rey que estas situaciones se producen y se han producido? ¿Debemos recordar el caso de Manuel Prado y Colón de Carvajal?

Es cierto que hay situaciones que se han podido ir produciendo a lo largo de los años (aunque no sean lícitas en ningún caso) y que son, al menos, comprensibles: el Rey (entonces Príncipe) no disponía ni de asignación (cosas del gallego que era más agarrao que un chotis) para sus gastos. Se conoce que entonces el Príncipe Juan Carlos usó de sus influencias como futuro Jefe del Estado (sobre todo cuando Franco ya agonizaba) para disponer de medios para su tren de vida (alto tren de vida: coches, motos, yates, etc.). Había, eso es conocido, conseguidores para la Casa Real. Pero en el momento en el que llegó la democracia, el Rey es el Jefe del Estado y no necesita de esas ayudas, ya que posee una asignación, sus gastos están cubiertos por el Estado... pero, si es cierta la conversación entre el Rey, Urdangarín y el Príncipe, no parece que Iñaki haya hecho nada diferente de lo que ha visto en la Casa...

De ahí la pregunta que encabeza este post: ¿qué hacemos ahora con la Monarquía? Desde luego, independientemente de que termine condenado o no Iñaki, esté o no la Infanta Cristina relacionada con los negocios de su marido (¿alguien cree tan boba (¡qué fino!) a la Infanta como para no preguntar 'cariño, ¿de dónde sale tanto parné?'), lo que sí que parece claro es que si la Monarquía quiere resistir este embate no tiene más remedio que cambiar y lo tiene fácil: el Rey, que ya tiene una edad considerable (los de su quinta ya están jubilados), debe abdicar y dejar a su hijo Felipe, que edad tiene, que reine. Felipe está preparado y además puede romper con formas que eran quizá aceptables en la Transición, pero que hoy ya no son de recibo.

¿Y después? Pues el Gobierno debe clarificar qué es la Casa Real y la Familia Real, hasta que nivel de descendencia y acceso al trono será considerado miembro de la Familia real (no tiene sentido ese debate sobre si la Infanta debe renunciar a sus derechos al trono... desde el momento en el que tenemos Príncipe, dos Infantas, etc. no tiene sentido que siga siendo miembro institucional de la Familia Real), su asignación y papeles institucionales (fuera de eso, prohibido todo) de cada uno de los miembros de la Familia Real... Debe quedar claro a todo el mundo (empresarios, políticos, etc.) que el yerno o la cuñada no tienen nada que gestionar fuera de la ley... 

Pero el primer paso debe darlo el propio Monarca abdicando en favor de su hijo y convirtiéndose en el primer consejero del nuevo Rey. ¿Tendrá el Rey la suficiente altura de miras para hacer lo que la propia Monarquía necesita?

Comentarios

Tío Chinto de Couzadoiro ha dicho que…
Si la pregunta que da título al escrito va dirigida a los de a pie, me temo que podremos hacer muy poco, caso de que podamos hacer algo. Al menos, hoy por hoy.

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