Mi postura ante el cambio climático

En los últimos meses (quizá coincidiendo con los escándalos que muestran los engaños de los científicos del IPCC) he recibido diversas lindezas, comentarios, críticas a un posible negacionismo sobre el cambio climático. Quitando el exabrupto de comparar el negar el cambio climático con negar la Shoá, habrá que pasar a responder y dejar clara la postura del autor de este blog en lo referido al tan manido cambio climático. Aunque ya lo he destacado en algún artículo en El Conservador, ahí va el resumen.

1. El supuesto consenso científico no existe. Muchos científicos consideran que las mediciones que tenemos son parciales y que no se pueden hacer predicciones a cien años vista con los datos de los últimos 20 años (que es cuando los datos disponibles son fiables).

2. Muchos datos que se daban desde los estudios de los calentólogos de cabecera se han demostrado falsos: ni las poblaciones de osos polares está mermando (sino todo lo contrario), ni los glaciares se derriten, ni los desiertos crecen... Por tanto, hay que poner entre paréntesis los datos más alarmantes del supuesto cambio climático.

3. Si ese cambio climático existiese, el hombre supone muy poco en su erradicación y sus esfuerzos para revertir la situación serían casi inútiles. No somos el centro del universo, sino un punto en el cosmos y hay fuerzas naturales que ni siquiera controlamos (ahí están los recientes terremotos de Haití y Chile para demostrarnos nuestra pequeñez. Podemos controlar los daños, pero no evitar que ocurran. Podemos adaptarnos, pero no cambiar la naturaleza).

4. Esos esfuerzos por reducir las emisiones de CO2 supondrán la ruina de muchos países, la condena al desempleo de millones de trabajadores y todo para lograr una reducción, en el mejor de los casos, de una décima de grado en la media global del planeta.

5. Desde este blog se apuesta por hacer del mundo un ambiente más habitable para el hombre, donde la primera especie a proteger sea el hombre desde su concepción hasta su muerte natural, hacer que la ciencia avance para evitar aquello que daña a la naturaleza a un precio asumible, dejar que la libertad como ambiente natural para el hombre avance, acabar con las trabas que los Estados ponen a la libertad de las personas, he ahí todo un programa para un verdadero ecologismo con el hombre como meta y como centro.

Luego no niego el cambio climático, aunque tengo muy serias dudas de que sea cierto; niego que el hombre pueda en ese caso hacer algo para evitarlo (aparte de abanicarse) y creo que el ecologismo actual se ha convertido en una especie de religión que coarta la libertad del hombre, que pone como centro a la naturaleza en lugar de al hombre y que so capa de esto, se está imponiendo una injerencia de los estados y los gobiernos en la vida de las personas que es simplemente deleznable. ¿Ha quedado claro?

Comentarios

SHROUND OF TURIN ha dicho que…
Buena manera de reflexionar. Es una muy buena manera de ver las cosas.
Buen tema
Anónimo ha dicho que…
Ha quedado cristalino.
Cuando se trata de talar árboles, y destruir ecosistemas, por ejemplo, en el Amazonas, yo no creo que el hombre demuestra su pequeñez. Es evidente que en el cosmos somos un puntito pero en nuestro planeta somos un puntito muy gordo y con mucha influencia, sea el cambio climático cierto o una quimera. Por supuesto que es importante la ecología tanto si nos preocupan solo las personas, o también el resto de seres vivos (por cierto, sin ellos no podríamos vivir). Por ejemplo, el Co2 que contamina nuestras ciudades perjudica la salud de las personas, por lo cual, aunque solo fuera por eso, habría que tomar medidas.

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