Zapatero 'reza'

O algo así se puede llamar a lo que ha hecho en Washington. Sólo algunas frases del presidente en National Prayer Breakfast. No creo que hagan falta comentarios (aunque los haremos...). Ahi van, no tienen desperdicio:

Y permítanme que les hable en castellano, en la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra. Nadie como ustedes conoce el valor de la libertad religiosa. Sus antecesores huyeron de la dominación, y para que nunca les fuera arrebatada la libertad fundaron este país.
Buen juego retórico para que se note poco eso de que no habla ni papa de inglés (mal que aqueja a casi todos nuestros políticos). Si no le conociésemos, diríamos que defiende la libertad religiosa. Si fuera coherente rectificaría inmediatamente la Ley de libertad religiosa que impide que pueda celebrarse un acto como ese al que acaba de acudir: en la España de ZP se va a prohibir la libertad religiosa, que no es poder rezar en tu casa (¡¡sólo faltaría!!) sino el poder hacerlo en público.

No dejemos de velar por la buena integración de quienes han venido a trabajar y a convivir a nuestros países. No dejemos de velar también por aquellos a los que no podemos acoger entre nosotros, y pasan hambre y miseria en tantos lugares de la Tierra.
Pero integrarse es aceptar las leyes del país que te acoge, su cultura y sus costumbres. ¿Acepta el imán de Cunit la cultura española? Aceptar al qeu se quiere integrar, sí, pero no aceptar a cualquiera, y mucho menos a aquellos que sólo quieren destruir nuestra cultura y civilización porque es blasfema y hereje. Vamos, que la chilaba y el burka no forma parte de la integración precisamente.

Hoy mi plegaria quiere reivindicar igualmente el derecho de cada persona, en cualquier lugar del mundo, a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien.
Si hasta ahora iba más o menos bien, ahora comienza el canto al relativismo moral. Claro que todo el mundo tiene derecho a su propai búsqueda del bien, pero eso no quiere decir que todo sea moral (ciencia que se ocupa de unir el bien y la verdad de las cosas, no lo olvidemos), por el hecho de ser libres o auténticas.

Hoy mi plegaria quiere reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada y para crear y cuidar a su entorno familiar, mereciendo respeto por ello.
¿Esto va contra los matrimonios convenidos en el Islam, verdad? Pues no, todo el mundo ha apuntado a un guiño a los homosexuales, lobby para el que ZP es un icono. Todo el mundo tiene derecho a vivir con la persona amada, pero no toda convivencia con la persona amada es una familia, ni esa unión es un matrimonio. Porque la tolerancia es respetar primero la verdad de las cosas. No toda forma de vida merece respeto tampoco: aquellas que no respetan la verdad o la libertad de otros o que pretenden imponerse como buenas a toda la sociedad que no las acepta, esas, no tienen porque merecer respeto. ¿O debo respetar y prohijar el modo de vida que sojuzga a la mujer al fondo del hogar o que obliga a una niña a abandonar su educación a los 12 años con el primer periodo? ¿Todo es respetable? Pues no siempre.

La libertad es la verdad cívica, la verdad común. Es ella la que nos hace verdaderos, auténticos como personas y como ciudadanos, porque nos permite a cada cual mirar a la cara al destino y buscar la propia verdad.
Es que es justo al revés: es la verdad la que nos hace libres y no la libertad verdaderos. Por muy libre que sea el robo, no deja de ser mentira, falsedad. Y lo de buscar la propia verdad resulta chocante. Recuerda más a Pilatos: ¿Y qué es la verdad? Paradigma en nuestra cultura del cinismo. Ahora lo toma Zapatero.

España ya fue en el pasado ejemplo de convivencia entre las tres religiones del Libro: Judaísmo, Cristianismo e Islam. Y hoy defiende en el mundo la tolerancia religiosa y el respeto a la diferencia; el diálogo, la convivencia de las culturas, la Alianza de las civilizaciones. Lo hacemos con tanta convicción como rechazamos las afirmaciones excluyentes de superioridad moral, el absolutismo o el fundamentalismo intransigente.
Falso. España no fue nunca ejemplo de convivencia entre las tres religiones. El Islam pretendió terminar desde su llegada con los cristianos y judíos. Ocho siglos costó a nuestros antepasados expulsar a los bárbaros árabes de la Península. Pero es que nuestros ancestros cristianos tampoco eran mucho mejores: en cuanto pudieron echaron a los judíos para quedarse con sus bienes. ¿Ejemplo de convivencia? Pero si llevamos pegándonos entre nosotros en Europa desde hace más de diez siglos. Vale que hemos aprendido mucho, pero ni el Islam puede convivir con ninguna otra religión (salvo que acepte su papel de dimnie o segunda clase), ni al Historia nos enseña eso. Seamos serios y rigurosos: vale que ahora queremos ser muy buenos y convivir con todos, pero de momento es sólo un deseo: el terrorismo más salvaje que existe es el islámico... Luego ya hay afirmaciones cínicas como esa de rechazar afirmaciones de superioridad moral: ¡¡Y eso lo dice un progre que se van dando lecciones de democracia a todo el mundo!! Pero es que además, entre la igualdad ante al ley, la tolerancia religiosa, la propiedad privada, la libertad y lo que propugna el Corán o el marxismo o el ecologismo sandía, pues sí, hay superioridad moral o ¿es que todo es igual?

Ya sea con una dimensión trascendente o cívica, la libertad es siempre el fundamento de la esperanza, de la esperanza en el futuro.
¿Los que tenemos dimensión trascendente somos incívicos? Por lo demás, la frase es correcta: la libertad es fundamento de esperanza, pero habría que añadir que por la libertad hay que vivir y morir. Y nuestro pacifista no parece dispuesto a ello... sino más bien a rendirse.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No se quien es más cínico, si Zapatero por lamer el culete yanki, o usted. Creo que andan parejos. Por otro lado, debería documentarse un poco y no ser tan islamófobo: Al-Andalus no fue un modelo de convivencia, pero sí de "tolerancia religiosa y coexistencia" que perduró hasta 1502 en el Reino de Castilla, cuando, "se obliga a los musulmanes a convertirse al cristianismo o marcharse". Me imagino que mi comentario no será aprobado, pero me basta con que lo lea usted. Lo firma una Sevillana afincada en Granada, cuidad ésta en la que por suerte seguimos conviviendo pacíficamente gente de todas las culturas y creencias.

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