Nuevo partido en Italia: 'Protagonistas para una Europa cristiana'
Magdi Allam era un periodista italiano (aunque nacido en Egipto tiene la nacionalidad italiana) que dejó el Islam y se convirtió al catolicismo. Fue bautizado por Benedicto XVI en la Misa de la Vigilia Pacual. Pues bien, Magdi Allam ha fundado un partido político con el que pretende 'rescatar y afirmar las raíces judeo-cristianas de Europa ante las amenazas del capitalismo salvaje, el relativismo y la difusión del extremismo islámico'. Además, el periodista italo-egipcio se 'propone colaborar en la construcción del bien común a partir del reconocimiento de los derechos fundamentales del hombre y de los valores no negociables'.
Esto último resulta muy importante en unos momentos donde crece la idea de una 'Alianza de las Civilizaciones' según la cual todo sería válido, y todas las presuntas civilizaciones con el mismo valor. Y es que hay valores que son propios de la civilización (no occidental, sino de la misma civilización humana) que no son negociables: el respeto a la vida humana, la libertad de pensamiento y expresión, la igualdad de dignidad entre hombre y mujer, el respeto a las minorías, la libertad religiosa, y unas cuantas cosas más. Eso no se puede negociar, son los derechos humanos que tanto nos ha costado lograr que se reconozcan. Eso no lo podemos negociar, no debemos. Nuestra casta política parece dispuesta a cobardear para no tener que enfrentarse a la verdad de que la civilización debe imponerse llegado el caso y que debe defenderse, con las armas, si fuera necesario.
Esperemos los mejores éxitos para Magdi, ya que mucho es lo que se juega la libertad.
Esto último resulta muy importante en unos momentos donde crece la idea de una 'Alianza de las Civilizaciones' según la cual todo sería válido, y todas las presuntas civilizaciones con el mismo valor. Y es que hay valores que son propios de la civilización (no occidental, sino de la misma civilización humana) que no son negociables: el respeto a la vida humana, la libertad de pensamiento y expresión, la igualdad de dignidad entre hombre y mujer, el respeto a las minorías, la libertad religiosa, y unas cuantas cosas más. Eso no se puede negociar, son los derechos humanos que tanto nos ha costado lograr que se reconozcan. Eso no lo podemos negociar, no debemos. Nuestra casta política parece dispuesta a cobardear para no tener que enfrentarse a la verdad de que la civilización debe imponerse llegado el caso y que debe defenderse, con las armas, si fuera necesario.
Esperemos los mejores éxitos para Magdi, ya que mucho es lo que se juega la libertad.
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