La SGAE te espía
La Sociedad General de Autores Españoles es un tingladito que tiene por objeto el sacar el dinero a los ciudadanos para repartirlo, presuntamente, entre los autores españoles. Realmente después mucho de ese dinero no llega a los artistas, pero eso no importa, la pasta siempre encuentra asiento en algún bolsillo. Quien principalmente se beneficia de las ventas de discos y películas es la productora e intermediarios varios, no los artistas, como bien denunció en su día Alaska. Para defender ese negocio, Teddy y sus amigos se inventaron el canon digital, que viene a ser un 'impuesto por si acaso', en vez de luchar contra la piratería en su caso, con los medios que la ley prevé, y dado que no pueden luchar contra los medios tecnológicos que ahora se poseen y se niegan a cambiar el modelo de negocio, pues crearon un impuesto que ellos recaudan y ellos reparten.
Así, cuando se compra un CD en blanco o un DVD en blanco, parte del costo va a parar a la SGAE por 'si acaso' usted copia en él las canciones de Ramoncín, por ejemplo. Ahora bien, ¿y si usted graba en él las fotos de sus niños en la playa? ¿Va la SGAE a devolverle su dinero? Pues no, también Teddy y sus secuaces se llevarán el dinero de los derechos de autor de sus niños. ¿Qué usted copia archivos que están fuera de los derechos de autor por ser clásicos y tal? Pues también Teddy cobra. ¿Qué usted hace uso de su derecho a la copia privada ya reconocida en las leyes y en las sentencias? Pues tampoco se librará del impuesto revolucionario del cantante cubano.
Claro que como es imposible ponerle puertas al campo, no basta con que paguemos por todo dispositivo electrónico que se venda y que pueda ser susceptible de contener archivos que la SGAE quiere proteger, sino que además, la SGAE se autoproclama policía cultural y persigue a aquellos que se oponen a su canon, además de entrar en fiestas privadas para vigilar que el dueño u organizador ha pagado este impuesto.
No importa que ya haya sido condenada por estos actos ilegales, ya que usted no puede entrar en una fiesta de bodas y sancionar porque la música del baile no ha pagado el canon. Usted no puede espiar a las tiendas para ver si pagan o no el canon o software legal. Pero no lo puede hacer, porque se trata de una entidad privada, no del legítimo ostentador de la autoridad y la coacción. Por eso, lo que hoy denuncia El Economista es tan grave: 'existen listados con aquellos internautas que mayores pasiones levantan, con las páginas más visitadas y con los que son considerados gurús en la lucha contra la gestión de la SGAE', como si se tratase de las 'visitas' de la Camorra siciliana. Estos señores actúan con total impunidad, nos roban nuestro dinero (sí, Teddy, robar. Porque pretender que se pague por 'si acaso' realizo una copia de un CD que no he comprado, es robar. Porque pretender impedir que un amigo me deje un CD, o un libro o lo que sea y me autorice a copiarlo, es robar mi derecho a la propiedad. Si yo he comprado un CD, se lo dejo a quien me plazca sin que usted tenga porque intervenir) y además utilizan métodos mafiosos.
Ya lo dijo un día Luis Herrero en la COPE: dado que ya hemos pagado por copiar, copiemos.
Así, cuando se compra un CD en blanco o un DVD en blanco, parte del costo va a parar a la SGAE por 'si acaso' usted copia en él las canciones de Ramoncín, por ejemplo. Ahora bien, ¿y si usted graba en él las fotos de sus niños en la playa? ¿Va la SGAE a devolverle su dinero? Pues no, también Teddy y sus secuaces se llevarán el dinero de los derechos de autor de sus niños. ¿Qué usted copia archivos que están fuera de los derechos de autor por ser clásicos y tal? Pues también Teddy cobra. ¿Qué usted hace uso de su derecho a la copia privada ya reconocida en las leyes y en las sentencias? Pues tampoco se librará del impuesto revolucionario del cantante cubano.
Claro que como es imposible ponerle puertas al campo, no basta con que paguemos por todo dispositivo electrónico que se venda y que pueda ser susceptible de contener archivos que la SGAE quiere proteger, sino que además, la SGAE se autoproclama policía cultural y persigue a aquellos que se oponen a su canon, además de entrar en fiestas privadas para vigilar que el dueño u organizador ha pagado este impuesto.
No importa que ya haya sido condenada por estos actos ilegales, ya que usted no puede entrar en una fiesta de bodas y sancionar porque la música del baile no ha pagado el canon. Usted no puede espiar a las tiendas para ver si pagan o no el canon o software legal. Pero no lo puede hacer, porque se trata de una entidad privada, no del legítimo ostentador de la autoridad y la coacción. Por eso, lo que hoy denuncia El Economista es tan grave: 'existen listados con aquellos internautas que mayores pasiones levantan, con las páginas más visitadas y con los que son considerados gurús en la lucha contra la gestión de la SGAE', como si se tratase de las 'visitas' de la Camorra siciliana. Estos señores actúan con total impunidad, nos roban nuestro dinero (sí, Teddy, robar. Porque pretender que se pague por 'si acaso' realizo una copia de un CD que no he comprado, es robar. Porque pretender impedir que un amigo me deje un CD, o un libro o lo que sea y me autorice a copiarlo, es robar mi derecho a la propiedad. Si yo he comprado un CD, se lo dejo a quien me plazca sin que usted tenga porque intervenir) y además utilizan métodos mafiosos.
Ya lo dijo un día Luis Herrero en la COPE: dado que ya hemos pagado por copiar, copiemos.
Comentarios
Puedes poner puertas, pero no podrás evitar el intercambio de todo tipo de información por la red. Eso es complicado. Pero lo que es de traca es que se dediquen a espiar las bodas, a cobrar a los moros y cristianos... si es que es de coña...
En un local donde se está celebrando una boda se está contratando a una persona para que pinche música y o bien dicha persona paga los correspondientes derechos de autor o bien le corresponde pagarlos al contratante.
Ya digo, pueden denunciar para que actúe la policía y recabe esos permisos (si se pone música de autores asociados a su organización, nada más), pero no hacerlo ellos, espiar a los que somos contrarios al canon (por parecernos un robo a priori), etc.
Siguiendo tu teoría y estilo de razonamiento, no existirían los detectives o deberían ser declarados ilegales puesto que si un individu@ sospecha que su pareja tiene un affaire con otro individu@ tendría que denunciar para que actúe la policía y recabe dicha información puesto que de otra forma la pareja podría sentirse violentado en la intimidad de su alcoba por la contratación de un detective para investigar la comisión del hecho ilícito.
Además, aunque fuera legal es de una inmoralidad manifiesta. Investigar a aquellos que criticamos el canon... es más propio de las dictaduras. Porque ese es el quid de la cuestión: el canon. Un impuesto que se paga por si acaso se comete un delito. Una cosa es perseguir el delito y otra muy diferente el presumir que todos somos delincuentes. ¿Qué te parecería que cada vez que comprases un coche debieras abonar una cantidad extra en concepto de 'por si acaso cometes infracciones de tráfico'? ¿No me daría eso 'patente de corso' para cometerlas? Ya he pagado mi pena antes de cometer ninguna infracción... Es simplemente antijuridico.
Con respecto a la metáfora del vehículo, recuerda que estás pagando una tasa de circulación anualmente, ¿qué sentido tiene dicha tasa? Las carreteras existen, las sanciones a se pagan con multas, ¿por qué estoy pagando entonces?
Con respecto al adulterio, si bien no puede considerarse un delito, estás rompiendo una de las cláusulas de un contrato y es por ello por lo que puedes ir ante un juez a solicitar romper el contrato definitivamente por incumplimiento de las clausulas.
Con respecto al derecho de la SGAE a proteger sus bienes, es muy relativo y me explico: cuando yo adquiero un bien pago por ello y ya soy libre de hacer con MI propiedad lo que desee. Pasa con cualquier cosa que adquiero: por ejemplo, el coche del que hablamos, puedo usarlo, dejarselo a otro, etc. Es mi propiedad.
El canon y los derechos de autor no son sino una limitación al derecho de propiedad.