Blanco, el miserable

Durante las pasadas elecciones americanas, y pese a lo apretado de las encuestas, lo acerado de las críticas y lo que se jugaban (la presidencia de la nación más poderosa de la Tierra), ambos contendientes fueron unos caballeros en todo momento. Aunque hubo ataques personales, se escrutó la vida de los candidatos, sus familias y amigos, se mantuvo en público un comportamiento exquisito. Así, cuando durante un mitin una señora ya mayor tomó la palabra (algo que en España es implanteable, sienten un asco total por sus votantes) y afirmó que le daba miedo que ganara Obama porque había oído que era musulmán y amigo de los terroristas islámicos. Antes de que la señora terminase de hablar, John McCain le quitó el micrófono y le dijo, con los abucheos de los hooligans que hay en todo partido, que 'el señor Obama es un ciudadano respetable con el que sólo tengo diferencias ideológicas, pero es un ciudadano honorable'.

Al ganar las elecciones, Barack Obama tuvo palabras de elogio para McCain, 'un hombre que ha dado por el país al que ama mucho más de los que muchos suponen'. Una muestra más de caballerosidad hacia su rival, que tardó nada en reconocer su derrota.

La envidia no puede sino corroernos, al ver este fin de semana a José Blanco, vicesecretario general del PSOE, decir cosas como: 'en momento de dificultad, no podemos utilizar esa máxima del sálvese quien pueda. Eso se lo dejamos a Aguirre, que se marchó corriendo sin importarle la gente que quedaba allí en situación de dificultad.' El que en España haya políticos que sean capaces de alcanzar esas cotas de miseria ante una persona que ha escapado de un infierno como el que se ha vivido en Bombay, resulta algo tan denigrante que retrata a nuestra política. Es miserable que alguien diga estas cosas. Si a alguien del PP se le hubiese ocurrido decir algo parecido, todos los titiriteros bardenitas y gabilondos varios hubiesen entrado a saco a por ellos. Hoy, pocos son los que considerarán a Blanco como lo que ha demostrado: miserable, mezquino, falto de humanidad...

Desear la muerte a alguien es francamente inhumano...

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