Lo hemos cogido de aquí , y entresaco algunos párrafos muy interesantes: Si uno tiene el derecho a morir, entonces es que el Estado tiene el deber de matar. Matar a sus propios ciudadanos. Y por tanto a establecer las medidas institucionales, legales y técnicas para acabar con la vida de los suyos. Hablar de “muerte digna” es, en el mejor de los casos, equívoco, y en el peor, una manipulación. La muerte es la negación de la vida; en cuanto tal, ni es digna ni deja de serlo. Por el contrario, toda vida humana es igualmente digna, se encuentre en la situación en que se encuentre. Algo que los apóstoles del suicidio asistido niegan sin inmutarse, condenando a quien no puede o no quiere aceptar el suicidio, a la categoría de enfermo “indigno”. En nombre de la libertad para elegir, lo que se está haciendo es imponer una determinada visión del bien, del mal, del hombre y de la muerte. Lo políticamente correcto aplicado a la eutanasia está sustituyendo juicios profesionales, hurtando a los mé...