La estulticia se aloja en Zamora

La igualdad entre hombre y mujer debe ser un hecho en una sociedad moderna. Mucho se ha avanzado en esa igualdad, sobre todo gracias a muchas mujeres que durante años se han hecho valer, trabajando muchas veces más que un hombre, teniendo que demostrar que sin dejar de ser mujer se puede realizar cualquier actividad profesional. Aún queda un camino por recorrer para que la igualdad de oportunidades (no de cargos o de número) sea completa. Pero, por poner un ejemplo, el número de universitarias en muchas carreras ya supera al de hombres, las primeras mujeres han llegado a presidir comunidades autónomas, ayuntamientos y empresas de gran tamaño. No han necesitado para ello el que les den una cuota de poder o que las coloquen por ser mujeres. Se han hecho valer. Quizá por eso, porque creo que la realidad siempre se impone sobre la política, porque creo más en la libertad individual que en las castas políticas, quizá por todo eso, siempre he estado en contra de las diferentes medidas de igualdad consistentes en poner cuotas, discriminaciones positivas y zarandajas de estas. Y fundamentalmente porque perjudica a las mujeres realmente valiosas que serán tratadas por sus compañeros como cuota y no como iguales.

Pese a esto que parece de sentido, el gobierno de Zapatero aprobó una ley de igualdad que obligaba a que en casi todos los actos oficiales, listas, empresas y no sé cuántas cosas más, el número de mujeres y hombres (de momento, llegaremos a hacer cuotas por género y según los ideólogos de la materia hay hasta 8) mantuviese una proporción máxima de 60-40. Y claro, con estas cosas, se llega hasta la estupidez. Porque de estupidez hay que considerar la ideica de un funcionario zamorano de afirmar que el programa de fiestas incumple dicha ley de Igualdad ya que al ir en él seis toreros (seis) varones, el resto de componentes de los festejos deberían ser casi todos mujeres para cumplir dicha ley. Así, los grupos musicales que tienen tres hombres y una mujer (la cantante, por ejemplo), deberían verse complementados por un grupo de tres mujeres y un hombre... para ser legales. Evidentemente, esto es una estupidez. Clasificar el arte, o el deporte o la música, antes que por su valía por su sexo... es simplemente delirante. Pero es delirante que un funcionario, para ser políticamente correcto, deba llegar hasta este punto. Ahora, cosas veredes, amigo Sancho.

Comentarios

Mike ha dicho que…
Oye! Qué buen blog. Acabo de descubrirte ahora. Saludos y te invito al mío.

Hasta luego!!!

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