Bernat Soria, el 'destripador de Carlet'
El ministro de Sanidad, mi paisano Bernat Soria (en todos los pueblos crecen los tipos poco edificantes), ha sugerido ya la posibilidad de 'despenalizar'ciertos casos de eutanasia. Como habrá casos que no entrarán dentro de ninguna de las posibilidades planteadas, un Comité de Bioética nombrado por el Gobierno decidirá en cada caso.
La falta de respeto que este Gobierno tiene a la vida es francamente insultante. Respetar la vida desde su inicio (como ha señalado el P. Martínez Camino 'independientemente de las circusntancias de su gestación') hasta su muerte natural es lo digno de la naturaleza humana. Cualquier otra posibilidad es menospreciar al hombre, poniéndole a la altura del mono o del caballo (ahora mismo más protegidos por la ley que un niño no-nacido). El concepto de 'vida digna' no puede ni debe ser un concepto legal, porque ¿quién va a decidir qué es una vida digna? Un hombre con paralisis cerebral y postrado en una silla de ruedas, ¿es una vida digna? Pues es la vida de Hawking, por ejemplo. ¿Y un sordo que sufre por ello y que no le tiene apego a la vida? Pues hablamos de Beethoven. ¿Qué decir de ese anciano que ya no puede valerse, que no recuerda ya quien es y lo qué fue, que no reconoce ni a sus propios hijos debido a la demencia? ¿No sería mejor acabar con su sufrimiento y el de los suyos? Pues acaban ustedes de asesinar al padre de nuestra Transición: Adolfo Suárez.
Nuestros ancianos y enfermos se han ganado el derecho a que protejamos su vida, a que no la alarguemos innecesariamente, pero tampoco a que se la acortemos. Tienen derecho a ser queridos y respetados, no asesinados porque su vida ya 'no es útil' en términos de rentabilidad. ¿Va a resultar que la 'santa izquierda' va a ser más capitalista que los capitalistas?
La falta de respeto que este Gobierno tiene a la vida es francamente insultante. Respetar la vida desde su inicio (como ha señalado el P. Martínez Camino 'independientemente de las circusntancias de su gestación') hasta su muerte natural es lo digno de la naturaleza humana. Cualquier otra posibilidad es menospreciar al hombre, poniéndole a la altura del mono o del caballo (ahora mismo más protegidos por la ley que un niño no-nacido). El concepto de 'vida digna' no puede ni debe ser un concepto legal, porque ¿quién va a decidir qué es una vida digna? Un hombre con paralisis cerebral y postrado en una silla de ruedas, ¿es una vida digna? Pues es la vida de Hawking, por ejemplo. ¿Y un sordo que sufre por ello y que no le tiene apego a la vida? Pues hablamos de Beethoven. ¿Qué decir de ese anciano que ya no puede valerse, que no recuerda ya quien es y lo qué fue, que no reconoce ni a sus propios hijos debido a la demencia? ¿No sería mejor acabar con su sufrimiento y el de los suyos? Pues acaban ustedes de asesinar al padre de nuestra Transición: Adolfo Suárez.
Nuestros ancianos y enfermos se han ganado el derecho a que protejamos su vida, a que no la alarguemos innecesariamente, pero tampoco a que se la acortemos. Tienen derecho a ser queridos y respetados, no asesinados porque su vida ya 'no es útil' en términos de rentabilidad. ¿Va a resultar que la 'santa izquierda' va a ser más capitalista que los capitalistas?
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Un saludo.