La Iglesia Católica da testimonio ante la ETA

Cogido de aquí, y leído ayer por César Vidal en su tertulia. La Iglesia siempre ha dado testimonio ante el totalitarismo. Hoy en Navarra y País Vasco, ayer en la URSS, en la Alemania nazi, donde sea:

A quien concierna:

He recibido una carta sin remite y sin firma, a la que contesto públicamente, con la esperanza de que sea leída por los interesados.


Mi primera impresión fue de sorpresa. Pero después de releerla detenidamente no dudé en pensar que lo que tenía en mis manos era un panfleto del más rancio corte estalinista. Esto se desprende ya desde el primer párrafo que dice literalmente: «Nos dirigimos a Vd. porque venimos constatando su inhibición y escaso interés en la defensa de la Iglesia Vasca». ¿Desde cuándo existe la «iglesia vasca»? ¿Quién es el fundador de tal iglesia? ¿Quiénes son sus autoridades? ¿En qué lugar de Euskal Herría residen?... No alarguemos inútilmente este interrogatorio. Yo he sido bautizado en la Iglesia Católica, que tiene su origen y fundamento en Jesucristo. Mi Obispo y el Papa son mis autoridades. Y todos mis esfuerzos están orientados en esa dirección. Por otra parte, ¿quiénes son Uds. para pretender «obligarme a trabajar más activamente por una Euskal Herría libre, soberana e independiente», como afirman en su carta? Desde mi infancia aprendí que mi patria es España. En ella he crecido, en ella vivo y en ella espero morir, si Dios quiere. No estoy, en absoluto, por la labor de establecer nuevas fronteras, sino más bien por derribar muros y mugas que nos separen.


Tienen la desfachatez de señalarme algunas tareas, como por ejemplo: «poner nombres vascos a los que se bautizan». Señores míos, ¿de verdad que hablan en serio? ¿Estarían dispuestos a aceptar que el cura pusiera los nombres a sus hijos? No me lo puedo creer. Para darle consistencia a tan absurda proposición citan «el comportamiento ejemplar de muchos curas patriotas». Yo pensaba que este lenguaje obsoleto y arcaico, y este afán por promover «iglesias patriotas», sólo se daba en la extinta Unión Soviética y en los países de su órbita comunista, sin excluir la China de Mao Tse-Tung. Esto me suena a manual de Marxismo-Leninismo para principiantes.


Finalmente, su atrevimiento llega hasta «pedirme, también, el voto para H.B. ¡Qué más da cómo nos llamen los fascistas…!» Pues va a ser que no. Sería lo último que se me pudiera ocurrir. ¿Cómo voy a votar por quienes no son capaces de condenar la violencia que asesina indiscriminadamente, y no sienten ningún escrúpulo al profanar los humildes monumentos que el pueblo erige en recuerdo de las víctimas del terrorismo, como acaba de suceder en Berriozar con el monumento a Francisco Casanova, a quien me correspondió enterrar? Es como volver a asesinarlo de nuevo. De verdad que no me resulta ilusionante colaborar con sujetos de semejante catadura moral.


Domingo Urtasun, párroco de Mendavia.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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Anónimo ha dicho que…
Bravo por éste párroco.
Hacen falta personas con tanta valentía y sin las limitaciones mentales propias de esos asesinos.
El mundo iría cuanto menos, algo mejor que ahora.


Así bien , discrepo en tu introducción. La Iglesia no se ha comportado siempre siguiendo las directrices morales y tan humanas que Don Domingo Urtasun practica; por desgracia...

Un Saludín
Amiga Sorana,

La Iglesia, como tal, no tiene mancha, somos los cristianos los que no hacemos lo que debemos en cada ocasión. Esperemos que Dios no nos tenga en cuenta nuestras faltas de fidelidad. El Papa Juan Pablo II tuvo que pedir perdón por los pècados que los cristianos hemos cometido a lo largo de la historia. Pero la Iglesia es santa, como lo es su Fundador. Otra cosa somos los cristianos, que no siempre somos lo ejemplares que debemos...

Un saludo cordial

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