Una sociedad que no respeta a los niños y a sus mayores está enferma
Ayer moría asesinada Inmaculada Echevarría. Los médicos han decidido 'ahogarla' quitandole el respirador. Las voces de la Iglesia, de los amantes de la vida no han valido para nada. Esa asociación que se dedica a buscar personas a las que incitar al suicidio y que responde al nombre de 'Derecho a morir dignamente' ha conseguido su objetivo de que Inmaculada se suicidara con la ayuda de la Junta de Andalucía.
Desde luego si voy a un hospital con alguna dolencia espero que mis familiares no dejen entrar a estos 'sacerdotes de la muerte' en mi habitación. Habrá que poner ajos o algo así. No sé si cuando se acercan se oye la guadaña, pero es que son terroríficos. Están esperando un rato de desfallecimiento para invitarte al 'otro barrio'.
La eutanasia es el camino lógico tras el aborto y la eugénesis de los embriones. Ningún respeto por la vida no-perfecta. Así, sobran los disminuidos físicos o psiquicos (aunque se nos llene la boca con 'leyes de la dependencia'), sobran los niños en familias desfavorecidas, sobran los bebes en estado embrionario que no se adecúen a los 'estandares' sociales, sobran los enfermos terminales, sobran los ancianos que ya no son productivos... Una sociedad hedonista que huye del dolor y que lo encuentra, como es lógico, a cada paso y que intenta apartarlo de su mirada. Así, mientras los niños ven violencia en TV a cada paso, nos escandalizamos por las fotos de abortos tachándolas de 'desagradables'. Mientras donamos millones de euros para los niños del Africa (que me parece bien) dejamos que una madre sin recursos se vea abocada al aborto en el piso de al lado. Mientras nos solidarizamos con las causas más estravagantes (las ballenas, el supuesto cambio climático...) dejamos que muera solo un anciano o un enfermo.
Lo dicho, como indico algún sabio: una sociedad que desprecia a sus niños y a sus ancianos es una sociedad enferma.
Desde luego si voy a un hospital con alguna dolencia espero que mis familiares no dejen entrar a estos 'sacerdotes de la muerte' en mi habitación. Habrá que poner ajos o algo así. No sé si cuando se acercan se oye la guadaña, pero es que son terroríficos. Están esperando un rato de desfallecimiento para invitarte al 'otro barrio'.
La eutanasia es el camino lógico tras el aborto y la eugénesis de los embriones. Ningún respeto por la vida no-perfecta. Así, sobran los disminuidos físicos o psiquicos (aunque se nos llene la boca con 'leyes de la dependencia'), sobran los niños en familias desfavorecidas, sobran los bebes en estado embrionario que no se adecúen a los 'estandares' sociales, sobran los enfermos terminales, sobran los ancianos que ya no son productivos... Una sociedad hedonista que huye del dolor y que lo encuentra, como es lógico, a cada paso y que intenta apartarlo de su mirada. Así, mientras los niños ven violencia en TV a cada paso, nos escandalizamos por las fotos de abortos tachándolas de 'desagradables'. Mientras donamos millones de euros para los niños del Africa (que me parece bien) dejamos que una madre sin recursos se vea abocada al aborto en el piso de al lado. Mientras nos solidarizamos con las causas más estravagantes (las ballenas, el supuesto cambio climático...) dejamos que muera solo un anciano o un enfermo.
Lo dicho, como indico algún sabio: una sociedad que desprecia a sus niños y a sus ancianos es una sociedad enferma.
Comentarios