¿Qué es más importante, la paz o la libertad?

Cuando uno oye al marido de Sonsoles expresar el sentido de la paz, que lo que él busca es la paz, que la paz es el último de los valores a los que renunciaremos, acude a unos de esos mantras progres falsos de toda falsedad, pero que a la gente que sólo usa la cabeza para llevar un peinado o lucir esplendorosa calva, le puede engañar.

Ayer en Onda Cero, una de las contertulias de Carlos Herrera recordaba que si la paz fuese el mayor bien a lograr, Franco sería un hacha. No en vano celebraba los '25 años de paz'. Pero no había libertad. Las palabras de Rodríguez Zapatero demuestran que no sabe lo qué es la libertad y la importancia que tiene. Él antepone la paz a la libertad y ese es el error: el mayor bien del hombre es la libertad, no la paz. Paz la tenían en los regímenes comunistas, en el fascismo, en el absolutismo monárquico del XVIII. Pero aquellos hombres no lucharon por la paz, lucharon y murieron por la libertad. Dice Aldous Huxley en Un mundo feliz, por boca del Salvaje: 'Yo, no. Yo no quiero confort. Quiero libertad. Quiero poder elegir lo bueno o lo malo. Quiero el derecho a vivir con miedo a lo que vendrá'. Ese confort es la paz que nos venden los de la foto turca: que no nos molesten, ¿qué nos importa a nosotros la suerte de la mujer en Arabia o en Irán? ¿Qué nos importa la libertad de expresión si es cosa de los periodistas y cuatro más? Yo quiero vivir en paz. Pero, debemos decir con Terencio que 'nada de lo humano me es ajeno', que los hombres son mis hermanos, que sin libertad no podemos vivir, que sin libertad no podemos ni ser buenas personas.

Dos citas más que ayudan a entender esto. La primera es de Von Mises: ''Nadie tiene derecho a meterse en la vida ajena para mejorar,contra su voluntad,la suerte del otro; tampoco es lícito alegar farisaicamente que lo que se persigue es el bien ajeno cuando lo que realmente se busca es el interés propio'. Nada más cierto, que este principio al que le sigue este otro como una obligación moral ante el intento de imposición, ante una paz sin libertad: 'Tu ne cede malis, sed contra audentior ito, esto es'. La cita es de Virgilio y debe estar siempre presente ante lo que estamos viviendo, ante la rendición de Occidente en el altar de una paz sin libertad. Una paz que nos llevará a un campo de concentración islámico, que llevará al hombre al siglo VIII, de la mano de la paz, de la paz del camposanto. Pues bien, yo no quiero la paz, yo quiero la libertad que tanto empeño nos costó lograr.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Magnífico artículo!

Aquí otro que prefiere la libertad antes quela paz, pero es que con ZP...............¡vamos proa al marisco!

Sólo él y los que le hacen la rosca, son incapaces de entender que es imposible una alianza entre civilizaciones separadas por 500 años de evolución, todo lo más llegar a acuerdos puntuales.

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Saludos
Anónimo ha dicho que…
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