Fijando posiciones sobre la Guerra (in) Civil y la República

Gracias a nuestro presidente (de vacaciones con mi dinero en Lanzarote), tenemos de nuevo de máxima actualidad la República, la Guerra Civil y la dictadura posterior. Hay ciertas personas que no entienden (o no quieren entender) la postura del autor de este blog sobre los hechos acontecidos a comienzos y mediados el siglo pasado. Vamos a intentar fijar las posiciones, para evitar que nadie se llame a engaño. (Ver aquí y aquí)

La República nace en 1931 como fruto de un golpe incruento que llevan a cabo los partidos republicanos junto a las izquierdas (muy imbuidos ambos de la masonería) en unas elecciones municipales que no significaban nada con respecto al modelo de Estado (no se votaba la decisión entre República o Monarquía) y que además perdieron de forma abrumadora (la proporción de los partidos monárquicos sobre los republicanos fue de 5 a 1). Pero un rey cobarde y depresivo no defendió su trono y dejó en manos de una minoría que le pedía su salida, el poder.

Una vez huido el rey, y la República proclamada, los republicanos podían haber iniciado un sistema político que fuera perdurable para una España que llevaba más de cien años de guerras fratricidas (no olvidemos que el episodio de 1936 al 39 fue sólo una de tantas, muy cruenta, pero sólo otra más de las guerras entre españoles). En lugar de eso, los republicanos iniciaron un periodo revanchista, imbuidos de principios masónicos en su mayoría, declarando a la religión fuera de la ley (las órdenes religiosas tenían menos derechos que un ciudadanos normal, no pudiendo abrir escuelas), imponiendo una visión sobre la otra. El propio Alcalá Zamora diría de ella que estaba hecha 'con príncipios utópicos' y que era el fruto de 'una España contra la otra mitad'.

Aún así, la derecha española (burguesa, amante del orden) decide integrarse como puede en un sistema en el que en principio no cree, pero lo hace con las reglas existentes y buscando, como era lógico, la victoria electoral. Ésta se produce en unas elecciones en 1933, que dan a la derecha (por el hecho de estar unificada y gracias a una ley aprobada por el gobierno republicano en el año anterior primando a las mayorías) la victoria y el derecho a formar gobierno. El presidente de la República, contra el propio Parlamento, no llama a formar gobierno al líder de la derecha victoriosa, sino al republicano Lerroux. La CEDA de Gil Robles, acepta. Al poco tiempo, y como era de esperar en una situación tan compleja aritméticamente, el gobierno necesita ser remodelado para adecuarse a las mayorías parlamentarias. Así se hace, pero la CEDA renuncia a presidir el consejo de ministros, aunque entra en el gobierno con dos carteras.

El hecho de que la mayoría parlamentaria, no forme gobierno sino simplemente que se siente en el Consejo, es considerado por las izquierdas más radicales (PSOE, CNT y Esquerra) como una 'provocación' (es textual de 'El Socialista'). Esas izquierdas se levantan en armas en octubre de 1934. El ejército dirigido por Franco es el encargado de someter la revuelta en Asturias (donde se ha dado con mayor virulencia). Como ocurre en cualquier Estado de Derecho digno de tal nombre, los instigadores de la revuelta son puestos en manos de la justicia y condenados a prisión.

Los Largo Caballero, Prieto, Carrillo, Companys son condenados por sedición y conspiración. Aún así, estando en la cárcel, la derecha de Gil Robles está dispuesta a pactar con ellos su entrada en un gobierno de concentración para buscar la reconciliación, su indulto y un pacto de convivencia. Las organizaciones que habían protagonizado el golpe no son ilegalizadas, los dirigentes son indultados pese a su negativa a integrarse y aceptar el gobierno democraticamente elegido en 1933. Esa fue la derecha golpista.

El presidente de la república, incumpliendo la constitución que le impedía volver a disolver las cortes en ese mandato presidencial, disuelve de nuevo las cortes y convoca elecciones. Dos grandes fuerzas se presentan: la derecha encarnada en la CEDA y el Frente Popular. Pese a las irregularidades (confesadas por los mismos dirigentes de la izquierda años después) que se produjeron en los comicios (donde en Madrid votaron cientos de muertos), el Frente Popular gana las elecciones y la derecha pasa a la oposición.

Inmediatemente vuelve la violencia contra las iglesias, sacerdotes y religiosos, y simples personas que por el hecho de ser derechas o ir a misa son, en el mejor de los casos, vilipendiadas, cuando no directamente agredidas. (Desde las elecciones al 16 de junio, los datos son escalofriantes: 196 iglesias asaltadas, 10 periódicos y 78 centros políticos, 192 huelgas y 334 muertos)

Calvo Sotelo es amenazado en las propias cortes el mismo 16 de junio de muerte por parte de los diputados de izquierdas. Cuando es asesinado y pese a que el crimen es vox populi que ha sido perpretado por las milicias de los partidos de izquierdas, Gil Robles afirma que no cree que el gobierno esté implicado, aunque le hace responsable moral y político del clima de violencia desatado en España.

En paralelo a la vida política española, algunos militares y parte de la derecha están decididos a intentar un modelo a lo 'Primo de Rivera' que ponga orden antes de reformar la constitución, convocar elecciones y volver a la vida 'normal'. Necesitan una figura que lo encabece y muchos creen que un militar como Franco, de reconocido prestigio, podría ser la solución. Franco no es del todo partidario y prefiere encontrar una salida 'legal' a la situación y envía una carta a Casares Quiroga (ministro de Defensa) instándole a resolver la situación antes de que crezca el malestar ante la situación. La carta no recibe ni siquiera la respuesta e cortesía.

El 18 de julio de 1936, un grupo de militares se alza en armas contra el gobierno de la república. Como el alzamiento no triunfa en todo el territorio (en ese sentido fracasa), España queda dividida en dos: una parte con el gobierno republicano y otra con los alzados. Comienza la guerra civil. Es una historia llena de odios, de venganzas que muchos (en uno y otro bando) aprovechan para dejar rienda suelta a esos bajos instintos. Así se suceden en el bando republicano los 'paseíllos' al amanecer, los fusilamientos en masa, las torturas, el saqueo. Así se suceden en el bando de los alzados las detenciones masivas, la cárcel, las torturas y los fusilamientos en tribunales militares (que aunque con más garantías que los tribunales del pueblo republicanos, no eran más que parodia de justicia en muchos casos).

Finalmente, el ejército dirigido por Franco gana la guerra (tendrá mucho que ver en ello las luchas internas entre las izquierdas que dirigen el bando republicano, más preocupadas de purgar a los elementos disidentes -como el POUM de Nin- que de luchar en una guerra). Comienza entonces para los perdedores el exilio, la cárcel e incluso la muerte tras el juicio militar. La dictadura es en muchos casos cruel, sobre todo en esos primeros años.

A partir de los años sesenta del siglo pasado, se produce una apertura económica, las empresas comienzan a llegar a España, crecen las espectativas de los españoles. Es imposible mantener un sistema dictatorial en una Europa occidental democrática, libre, y aunque Franco se resiste a devolver la libertad a los españoles, el 'franquismo' está tocado de muerte.

Cuando el 20 de noviembre de 1975 Franco muere, nadie duda de que con él muere la dictadura. Son las propias cortes franquistas las que en un alarde de patriotismo y de deseo de reconciliación (habían pasado ¡40 años! desde el comienzo de la guerra civil) deciden disolverse para que se convoquen elecciones a cámara constituyente. Muere así la dictadura, sin una gota de sangre, con el abrazo hermanado de una España y de la otra, para no hacer de este momento otro error. Algunos jóvenes socialistas quieren la ruptura y la vuelta a 1936 y a la República, pero eso no es ya posible. Los españoles están cansados de guerras, divisiones y exilios. Los españoles quieren vivir en paz.

Y ese ha sido el destino de España desde entonces: Carrillo, responsable de las matanzas de Paracuellos y Suarez, jefe del Movimiento franquista, sentados juntos pactando las leyes fundamentales del país. El Jefe de la policía franquista y socialistas jóvenes, haciendo el traspaso de poderes. Nadie pregunta por el pasado, nadie quiere reabrir una guerra de la que los hijos han oído sólo hablar a sus padres. A estas alturas, los nietos y bisnietos de los que vivieron la guerra están más preocupados por acceder al mercado de vivienda y de trabajo que por una guerra de la que no saben nada, que les 'pilla' muy lejos.

Y en estas condiciones, llega un presidente de Gobierno al poder que se define como 'rojo' (rememorando aquellos tiempos de luchas fratricidas entre 'rojos' y 'azules'), al que mataron a sus abuelos (cada uno en un bando). Llega un presidente dispuesto a remover toda la historia de un país para ensalzar sólo a un bando. Llega para olvidar unos crímenes y condenar otros. Viene a dividir de nuevo a todo un país. ¿Para qué? es la pregunta que nos hacemos todos. Alemania tiene más cercana la Guerra Mundial, Rusia la caída de la dictadura comunista. Todos ellos, sobre todos los últimos, han decidido hacer como nosotros en 1975: olvidar, mirar al futuro, construir un país próspero y en paz entre todos aquellos que acepten las reglas del juego. Hoy es presidente de Rusia un antiguo jefe del aparato represor ruso (KGB), y nadie reclama 'revisiones' de la historia. Pero España es diferente. España vuelve siempre a revolcarse sobre su misma miseria. Triste, pero cierto.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Que el gobierno se deje la memoria histórica donde le quepa, que pasee por Madrid(por decir alguna ciudad) y verá los problemas reales de los ciudadanos, Empleo, paro, educación... Esto me suena a cortina de humo...
Anónimo ha dicho que…
Miguel Ángel : A ver si te dan un puesto de tertuliano en La Linterna, para que puedas escupir veneno agusto con Jimenez Losnazis y su cohorte de obesos reaccionarios
Al primer anónimo: no creo que lo haga. Está en La Mareta, descansando con nuestro dinero en la finca del Patrimonio nacional mientras las pateras encallan en su orilla. Lamentable este representante de la clase obrear...

Al segundo anónimo: por cierto, ¿conoces a alguien allí para pedir trabajo? A lo mejor conoces a alguno de los 'obesos reaccionarios' con el que pueda entrevistarme.
Anónimo ha dicho que…
Me estremece tu preocupación por las pateras, de verdad...
Anónimo ha dicho que…
mi abuelo las paso canutas por sus ideas en la guerra incivil. Los nacionales eran los buenos,los otros no eran nacionales, eran de fuera?
Anónimo ha dicho que…
Miguel Angel, creo que tienes razón. Solo hay que leer algunos de los anonimos para ver que es mas fácil vivir en un pasado que nos han contado, que en el presente que no podemos negar.

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