Se consumó el expolio y el chantaje

Esta madrugada, al alba, se ha consumado una de las páginas más tristes de la historia de este país que algunos queremos seguir llamando España. El Gobierno nacionalsocialista que preside el "presidente por accidente" (si le molesta más se lo diremos) ha enviado a los GEO al Archivo de la Guerra Civil de Salamanca para llevarse, contra todo derecho y toda razón, miles de documentos hacia la que si Dios no lo remedia será la nueva metropolí: Barcelona.

De nada han valido los intentos y recursos del ayuntamiento de Salamanca ante la Justicia, de nada el que la academia de Historia e historiadores de reconocido prestigio mundial hayan pedido que no se rompa un principio clave como es la unidad de los archivos. Contra el hombre del talante nada sirve, a nadie escucha en su soberbia fruto de una indigencia intelectual que haría sonrojarse a cualquier bobo, que fuera menos solemne.

Lo que este hombre está haciendo con España no tiene nombre, nada está dejando, no es que sea revolucionario, sino que, siguiendo la tradición masónica más clasica: destruyen todo pero no construyen nada, porque nada saben, salvo destruir. ¿Qué quedarán de los archivos, qué quedará de lo que conocimos como España? De Zapaterus malignus, libera nos, Domine !